viernes, 11 de junio de 2010

Juego literario

La principal frustración de su vida fue ser manco: un superhéroe, jugador de futbol y arquitecto no puede ser manco, pero bueno, fue lo que le tocó.

Batman era pelirrojo y alto, tenía excesivas pecas, ojos verdes y pies grandes, además de que de su cara resaltaban sus orejas y su nariz. Era un ser tímido y oloroso, ya que no le gustaba mucho bañarse, pero aun así era una buena persona.
A la edad de 16 años se le ocurrió la idea de que seguir con la tradición familiar de salvar gente no era lo suyo, lo suyo era jugar al futbol, sobre todo de arquero, pero aquí entra en juego su tan espelúznate frustración: no tenía manos. Todas esas cosas que cuando era chico todos podían hacer (jugar a las cartas, con videojuegos, al choco-choco-la-la…), para él resultaban ser una tortura.

Así fue como, después de pensar arduamente en su futuro de deportista, llego a la conclusión de que tampoco era lo suyo, así que se inclino por otra carrera, la de Arquitecto…
A todo esto, la Corte Suprema de Justicia, su hogar, se negaba a aceptar que Batman no fuera mas Batman, era una injusticia, era una tragedia para la ciudad, pero a él no le importaba, el solo quería proyectar sus ideas de edificios en un plano con la ayuda de su Chipote Chillón, su compañero de vida y con el cual paso grandes momentos justicieros. Pero no podría seguir así, el Chipote debería ser guardado en el armario para siempre, porque él no iba a ser justicia, ¡él iba a hacer dibujitos de ventanas!

Su familia, en medio de toda esta situación, no sabia que hacer: Batman tenia decidido no ser mas Batman, ahora iba a ser Juan Carlos Arquitecto y no había nada que pudieran hacer contra eso, además, él quería mantener a su familia, y “trabajar” de Batman no traía remuneración alguna.

Toda esta situación fue un gran dilema, hasta que conoció a un joven, un joven famoso por retratar su vida en una película, un joven manos de tijera quien contaba con los mismos problemas de extremidades que él, con el cual, a partir de ese momento, logró pasar grandes momentos en su vida, con el cual se divertía e iba a todos lados pero, obviamente, nunca agarrados de las manos.

Martín Techlowieck

1 comentario:

Saabri dijo...

muy bueno, muy bueno.
el principio iba bastante coherente, y despues el giro de lo absurdo lo cambió, pero quedó bien. supongo que habrás intervenido mucho en este texto para hacerlo funcionar.