lunes, 14 de junio de 2010
Atada
Atada.
Atada a tí, atada a esta mesa, a esta vida.
Atada a la libertad, que quedó encerrada conmigo en este aposento.
Y aquí estoy, sobre una mesa.
En esta porción de madera rígida y fría, con los ojos tapados y la ropa sucia y rasgada.
No veo la luz hace dias, semanas, quizás meses.
No lo sé, ni lo sabré.
Porque nunca saldré de aquí, porque mi libertad está muriendo conmigo.
Muriendo en estas cuatro paredes y sobre esta mesa sucia y vieja.
Mis alas ya no vuelan, mi cuerpo ya no funciona y mi cabello luce mal.
¿A quién le importa?
Si soy tan solo tu esclava.
Esa esclava a la cual usas por ratos, esa esclava que es tuya cuando te conviene.
Siento frío, y lo único que veo es un reflejo en el techo.
Lo único que siento es el calor y olor de la vela que está cercana a mis manos.
Pero no la puedo tocar, porque mis manos no son libres, porque yo no soy libre.
Y nunca lo seré.
Camila Maglio
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4 comentarios:
Me encanta , realemente muy bueno. Me gusta las palabras que usas ,como una lleva a la otra y queda en perfecta armonia. Muy lindo.
Luciana Lutteral
me gusta mucho la foto, me parece fuerte. y me gusta el sentido que le diste a la foto. muy bueno.
guau..esta buenísimo..es angustiante pero hermoso al mismo tiempo. te felicito :)
Me encanta... plasmaste la imagen perfectamente en el texto. Creo que si no hubiera visto la foto, leyendo solamente, podria haberlo imaginado aun asi. Genial Cami :)
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