sábado, 19 de noviembre de 2011

El silencio de los corderos

En los alejados montes de Jerusalén se encontraba una casa, arriba de la montaña de San Mateo, en ella habitaba Abraham, un humilde pastor y de religión firme y fanáticamente cristiana, y su hijo Isaac que lo ayudaba con el ganado la limpieza y los que haceres, la religión mucho no le competía. Ellos tenían un ganado exclusivamente de corderos, administraban la mitad de los corderos para la venta al pueblo de Jerusalén, aunque quedaba lejos de donde ellos estaban y la otra mitad para su consumo. Pero, en los últimos tiempos algo raro le andaba pasando a Abraham. Leía todas las noches antes de dormir la Biblia, pero en los últimos tiempos cada vez que dejaba de leer la Biblia tenia unos sueños rarísimos, sobre su deuda al prójimo y sobre matar a su hijo, así que esto lo tuvo preocupado, y no le dio mucha atención a los corderos. Así siguió, noche tras noche con esos sueños, seguramente provocados por su fanatismo religioso, hasta que un día, mientras él estaba durmiendo, teniendo una de sus pesadillas bíblicas, su hijo tuvo que despertarlo porque un cordero había entrado a su casa, y no podía devolverlo a su granja. entonces Abraham, casi con los recuerdos del sueño de recién levantado, vio a su hijo en la oscuridad, agarró un cuchillo de la cocina y lo ató de manos y pies sobre la mesa. Estaba, apunto de matarlo, hasta que vio a el cordero, enfrente de él, viéndolo, viéndolos, callado, sin decir nada, su silencio callaba todos los alaridos que Isaac alzaba. Entonces, fue ahí cuando despertó, cuando se dio cuenta de lo que estaba haciendo, que casi por culpa de sus sueños y sus creencias exageradas mataba a su hijo. Devolvieron al cordero a su granja, quemaron su Biblia y nunca más hablaron de ello.
Esteban Valentino

miércoles, 21 de septiembre de 2011

Cromañón

Aquella tarde de primavera, en donde pasábamos horas en el río tocando la viola, tomando mates y fumando, fue cuando vimos con los pibes un papel pegado a un palo de luz, anunciando un recital de cuatro bandas de rocanrol esa noche en Caseros. Dado que no teníamos planeado hacer nada, decidimos ir. Luego del recital, quedamos impresionados con una banda de Villa Celina, se hacían llamar Callejeros.
Empezamos a seguirlos a todos lados donde tocaban, lo más lejos que fuimos fue Villa Gesell. Ahí conocimos a la banda, pegamos buena onda y la noche siguiente al recital fuimos a tomar unas cervezas a un bar del centro.
Era 27 de Diciembre. La gente tiraba las últimas bengalas restantes de las fiestas, petardos, alguno que otro fuego artificial. Ahí medio borrachos, algo fumados, con la banda de nuestros amores, observábamos el espectáculo. Los fuegos explotaban en llamaradas brillantes, centelleaban, y después caían. En una secuencia extraña, imaginé como caían esas pequeñas chispas a los campos. ¿Que pasaba con la gente del pueblo? ¿Con los marginados? ¿Los fantasmas peleándole al viento? ¡Se quemarían! El humo subía por doquier. La tragedia se hacía inevitable. La incineración es un hecho…
Un comentario de Pato (el cantante) me sacó de mi flash. La banda tocaba el 30 en un local del centro. No me acuerdo bien el nombre, había ido a ver la banda de un amigo una vez. Era un local chico, medio bajonero. Igual la birra era barata y el fernet era Branca. ¿Qué mejor manera de recibir un año nuevo? El 31 la familia, el brindis, y después los amigos. El 30, rocanrol. Un recital, la misa sagrada de los pibes… fuma de este cigarro, pues este es mi cuerpo. Bebe de este fernet, pues esta es mi sangre… que locura jaja…
Nos juntamos en una plaza, cerca de Cromañón (así se llamaba el local, según dijo Pollo). Había pequeños grupos de pibes. Se veían remeras de Los Redondos, de Oktubre, Sumo. Estábamos entre los nuestros. Las jarras pasaban de mano en mano. Los cartones de vino violáceo. Alguien prende un faso. El humo se eleva lentamente, creando formas. Se consume lentamente. Gira por los pibes, llega hasta mí. No le queda mucha vida. Lo pongo entre mis labios, alguien lo prende. El humo me rodea, se va consumiendo, y accidentalmente me quema la boca. Que curioso como se van sellando los destinos…
Medio perdido, me guían hacia la calle, camino unas cuadras. Un hombre me palpó las caderas. Un pasillo oscuro, gente fumando, parejas besándose. Una luz brillante, alguien tocaba una guitarra. Aplauso suave y se calla la guitarra. Creo que estuve con una mujer. Luces que se apagan, aplauso más fuerte. Aquí recuerdo un poco más. Tenía un faso en la mano, sale a tocar la banda. Tocaron “Sonando”. Hacía mucho calor. Mucha gente se apretujaba. Mucha. Había banderas. Eso es el rock. Tocaron “Prohibido”, “Rocanroles sin Destino”. Tocaban “Distinto”, creo, la locura me aumentaba luego del último cigarro. La misa sagrada de los pibes.
La gente salta, las luces brillan. Que calor. Mucho humo. Alguien grita. Algo golpea mi cabeza. Lentamente alzo mi cabeza. La gente tiraba bengalas, fuegos, todos saltan. Cada vez más gente grita, cada vez más calor, ya no saltan, alguien me golpea, gente corre. Más gente corre. Alzo la mirada. Ahí medio borracho, algo fumado, con la banda de mis amores, observaba el espectáculo. Los fuegos explotaban en llamaradas brillantes, centelleaban, y después caían. ¿Que pasaba con la gente del pueblo? ¿Con los marginados? ¿Los fantasmas peleándole al viento? ¡Se quemarían! El humo subía por doquier. La tragedia se hacía inevitable. La incineración es un hecho.
Federico Aveni

Nebulosa (con la rev francesa de fondo)

Escondida de toda la locura y el desenfreno yo puedo observar. Mis compañeros patrios llevaron a cabo una catarata de rojo color. Sin discriminar. Todo era igual para todos, uses peluca, te polvees la nariz, uses pantalones anchos, hagas pan, escribas, pintes. El fin era el mismo, la lámina de reluciente carmesí iniciaba el fluir del néctar que guardan nuestros carnales recipientes.

Pues así una por una las botellas de vino fueron descorchadas y vaciadas hasta la última gota, por el filo del progreso impuesto por la fuerza de las masas que recorren un camino teñido de rubí sangrante para cumplir sus intereses de “prosperidad”.
No se puede hablar. El pan escucha, los barrotes aúllan, el rojo brillante cae aun mas a todos les llega su turno por eso hoy saldré de mi escondite y abriendo la puerta me inundaré de luz oscura, emisaria del sufrimiento, dolor y fin. Con los brazos abiertos y lágrimas en mi espíritu, la tomo de la mano y le digo –avancemos- .

Tomás Tieri

miércoles, 14 de septiembre de 2011

La libertad

Hace cinco años que podemos leer o tocar lo que queremos sin temor a que nos vengan a buscar. Que distinto que era entonces, donde si leías algo prohibido y se enteraban tenías que prepararte para lo peor.
Yo tenía una banda por ese entonces y una vez por semana nos escabullíamos para tocar en un bar. El dueño era muy amable, él sabía lo que le podía pasar si nos dejaba tocar y aun así lo asía, porque pensaba que no había nada más importante que la libertad. Pobre, si hubiera sabido lo que le iba a pasar no creo que hubiese pensado igual, aun así lo admiro por su valor.
Ese nueve de julio de 1981 tocamos dos temas en el bar antes de que vinieran por nosotros y por el dueño. Terminamos de tocar un tema de Pink Floyd, cuando me quede sin cigarrillos. Salí del bar, y camine dos cuadras hasta llegar a un quiosco. Pedí unos Camel, pague, abrí el paquete, fume uno, y volví.
Llegue al bar para ver lo peor gente apaleada en el piso, y un edificio en llamas, con una muchedumbre mirando. Le pregunte a un hombre lo que había pasado, y este me respondió lo único que yo rezaba que no hubiera pasado, los militares se habían llevado a los músicos y al dueño. Corrí hasta la casa de mi tía para contarle lo sucedido. Esa noche no dormí, en vez de eso intente entender la importancia de la libertad.
Desde ese nueve de julio entiendo que la libertad es algo por lo que se tiene que pelear si se quiere porque por más que todos la tengamos, no quiere decir que todos la respeten y por esa nuca hay que olvidar a los que dieron su vida por ella.
Tomás Cattaino

domingo, 11 de septiembre de 2011

Desertados

La carretera completamente desierta se abría hacia un destino muy lejano, Luca y Francis se encontraban a un lado haciendo dedo y esperando a que algún miserable auto se dignara a pasar por allí. Nada, no había absolutamente nada, puro desierto y algún que otro cactus o escorpión.

- ¿Y si nos comemos uno de estos bichos feos? - Luca ya estaba delirando.

- ¿Y si hubiéramos pensado dos veces antes de haber venido al medio de la nada a rogar porque un bendito auto pasase por acá?.

- ¡Sí! Fue mi idea ¡¿Y qué?! ¿Estás insinuando que cometí un error? Si es así, entonces, ¿a quién se le ocurrió dejar la camioneta en el hotel?.

- Luca, se supone que si se hace dedo, es porque no tenes auto ¿O pensabas venir con la camioneta y dejarla tirada por ahí?.

- Sinceramente... pensaba hacer dedo para que algún tonto se detuviera para llevarnos y reírnos en su cara.

- Acá lo único tonto que veo es a vos y a esa inútil luz colorada - señaló al horizonte con el dedo índice.

- ¿Luz? ¡¿Qué luz?! - Luca volteó para observar que era lo que señalaba Francis - ¡Es verdad! ¡Es una luz roja! Puede ser algún auto que viene a rescatarnos.

- Más que rescatarnos deben de querer venir a asesinarte, aunque para eso ni se hubieran gastado, un poco más de tiempo en este calor infernal y yo te aseguro que nos convertiremos en cenizas.

El Sol comenzaba a arder con más y más fuerza, las plantas secas ondeaban como reflejo en el agua y los bichos se ocultaban en la arena esperando conseguir algo de protección. Los muchachos sentían que en cualquier momento se volverían comida para escorpión, tan devastados estaban que tardaron en darse cuenta que dos chicas, en una moto, hacían señas para que se acercaran.

- ¡Son nuestra salvación! Si tienen algo de agua yo te juro que las... - esto último lo dejó al criterio de Francis.

- ¿Estás seguro de que no son un espejismo?

- La verdad que no ¿Pero qué importa? Parecen muy reales, con eso me basta.

La más alta era la que conducía la moto, se bajó enseguida para presentarse, siempre mirando a Luca:

- Hola chicos, nosotras somos Giselle y Lorelei, los vimos a un lado de la carretera y nos preguntábamos si necesitaban algo de ayuda.

- ¡Por favor necesitamos que nos lleven al pueblo más cercano, no tenemos forma de volver! - le respondió Francis.

Pero la muchacha no respondió, esperaba escuchar la respuesta de parte de Luca.

- Necesitamos transporte - acotó por fin Luca.

- Sólo podemos llevar a uno, así que deberán decidirse entre ustedes a quién llevamos primero.

- ¡Llévenme a mí! - los dos contestaron al unísono y miraron mutuamente con odio.

- Vos tuviste la idea de venir, por o tanto yo me voy primero.

- ¡No! Vos tenes toda la culpa por no haber traído el auto.

- ¡Excusa barata! Eso no tiene nada que ver.

Mientras los jóvenes discutían y se reprochaban cosas entre ellos, las muchachas deliberaron un rato la situación.

- Esta bien, los llevaremos a los dos, súbanse como puedan.

Luca y Francis saltaron de alegría. Los cuatro subieron a la moto para volver al pueblo, Luca ya soñaba con tomarse un buen vino y acostarse a dormir y Francis imaginaba la comida a montones que le esperaba en el hotel. Sentían que estaban por llegar al paraíso.

El vehículo rodeó un cactus grande que bloqueaba la carretera y unos pocos metros más adelante, sin previo aviso, la moto se paró.

- ¡Luuuucaaaaa! ¡¡Te voy a asesinaaaaaaaaaarrrr!! - la voz de Francis fue lo último que se pudo escuchar.




Silvina Rossatti y Juan Vitale

Pétalo de rosas

Los pétalos de rosas aromatizaban Argentina desde hacía ya un par de años, era el tiempo del color rojo y la pasión por luchar por eso.

Desde chico vivía en Buenos Aires como esclavo de mi mundo pequeño, mi familia era de clase alta por lo que yo heredé toda la fortuna, aunque a mí poco me interesaban ese tipo de cosas y más aún cuando conocí a la dama más hermosa de la ciudad. Laura, esa mujer que me encandiló, era de clase media baja y estar con personas de clase social más baja no estaba bien visto por la sociedad. Pero nada de eso importó ni impidió que lograra por todos los medios posibles casarme con ella. Tuvimos dos hijos, los más lindos que hubiera podido tener jamás y el amor que le tuve a mi familia, lo fue todo.

Entonces, esta historia comienza con el gobierno de las Rosas y Balcarces. Yo y mi familia no hacíamos caso a lo que pasaba en el exterior, vivíamos nuestra vida y nada más, porque eso era todo lo que importaba para mí. De un día para el otro y sin previo aviso me llegó una carta, tenía la obligación de unirme a una especie de Campaña contra los indígenas y yo no me sentía preparado para abandonar a todos mis seres queridos.

Me presenté ante el gobernante en persona como parte de la clase alta de la ciudad y le pedí, le rogué que me dejara quedarme y me sacara de la lista del ejército, pero nada sirvió y todos mis intentos fueron en vano. No podía dejar a mi familia, eso estaba claro y no pensaba hacerlo, una vez más se me presentaba una situación dónde tenía que elegir bien mis actos, si había logrado casarme con Laura, entonces esto me sería pan comido: decidí que debíamos que abandonar Buenos Aires.

Nos fue difícil pasar desapercibidos, eramos una familia de gran importancia y todos nos conocían pero mi esposa y mis hijos dieron a entender que se irían de viaje en los días en los que yo estuviera ausente por la guerra para poder sufrir menos. El plan fue el siguiente: mientras yo estuviera marchando hacia la Campaña, ellos desviarían su camino y se encontrarían conmigo en un camino abandonado de la ciudad para cruzar las fronteras. Parecía que todo saldría perfecto.

Cuando llegué al punto de encuentro, logrando evadir a las Rosas y sus seguidores, nadie se encontraba alli. Tenía que esperar y esperé, minutos. horas. días y noches, el dolor de la espera fue infinito ¿Que podría haber pasado? No quería saberlo. Regresé a la ciudad en cuanto pude, cuando llegué no hubo señales de mi familia, aunque sabía que había cruzado todos los límites al escaparme de la Campaña, me volví a presentar ante el gobierno para preguntar sobre mis seres queridos, la respuesta se hizo llegar al instante.

Camino hacia a las fronteras de Buenos Aires encontraron a mis hijos y a mi esposa, muerta, muy cerca de nuestro punto de encuentro. Mi mundo cayó abajo, las únicas esperanzas que me quedaban eran mis dos hijos; pregunté que había pasado con ellos y me contestaron que no podría verlos nunca más, me ejecutarían por alta traición.

Al final, cuando todo iba a acabar logre verlos una vez más, aunque no sé si fue mi imaginación y mi agonía. Espero que mi carta de testamento les haya llegado.




Silvina Rossatti

La vida es rica

Gabriel tenía su propia rutina diaria, las calles eran su vida y la pobreza no era problema para él, aunque como toda persona soñaba con ser rico y tener todo lo que quisiera. Un día como cualquier otro despertó en la calle Tamez, se había dado cuenta de que la noche anterior había tomado de más por el terrible dolor de cabeza que sentía, pero aún así continuó su rutina en paz. El mendigo no podía evitar beber alcohol de vez en cuando, pero amaba su vida y no perdería ni un segundo solo por un dolor irrelevante. Este sería un día todavía mejor que el anterior.

Gabriel visitó la panadería como siempre y pidió el poco pan que podía pagar, el panadero siempre bondadoso le regalaba una o dos hogazas, se llevaban bien. Pero esta vez hubo un cambio, junto con la bolsa de pan vino una pequeña botella de licor, el panadero hacía mucho licor casero así que no le pareció raro al mendigo que decidiera esta vez hacerle otro tipo de regalo. Cuando terminó de comerse cada miga de pan, bajó la comida con el licor; enseguida el dolor de cabeza volvió a aparecer, pero esta vez los mareos fueron constantes y las ganas de largar todo lo que le hacía mal por dentro fueron incontrolables.

Cuando ya se sintió mejor volvió a buscar sus cosas para irse a dormir a otra calle diferente, y en el mismo lugar dónde había colchones harapientos y bolsas enormes con cartón, se alzaba la mansión más enorme que Gabriel pudo haber visto jamás, y esa mansión tenía su nombre.

A partir de ese día el mendigo, sólo se sintió mendigo de vida, pero no de dinero.




Silvina Rossatti

Te propongo

Te propongo, si acaso
decidieras quererme
conocernos por dentro
saber mas de los dos
con un amanecer
lleno de desayunos
sin dejar de ser uno
empezar a ser dos.

Dos desde muy temprano
con un sol tibiecito
que poquito a poquito
nos caliente la voz
las palabras, los besos
las manos, las caricias
la mirada, los ojos
el alma, el corazón

Y cuando el mediodía
de este nuestro encuentro
estalle en un beso
raíz de corazón
juntos atardezcamos
Con un cielo muy rojo
que nos pinte una luna
a la hora del sol

Y también te propongo
si acaso no pudieras
entender que se puede
ser libres siendo dos
enamorarse en serio
dar todo y tener todo
que no me quieras nada
y me dejes sin vos


Pedro Greco

martes, 23 de agosto de 2011

Diálogo inquietante

-Te levantaste temprano- le dijo al verla sentada en la cocina cebando el mate-. Creo que no tuviste una buena noche, te escuché quejarte.

-Fue sólo un mal sueño.

-Necesitás un descanso, hoy te van a venir a buscar para llevarte al… No lo dejó terminar la frase.

-Ya hablamos de esto- contestó-. Mi mente está bien. Extendió su mano con el mate hacia él, pero Salvador no levantó su vista del diario.

- El doctor fue muy claro, no podés estar sola y yo voy a volver a trabajar pronto. Isabel se puso de pie. Tenía un aire de inquietud, le temblaban las manos. Él seguía concentrado en el diario.

-Sabés que no estoy loca- dijo con la cara completamente roja y sudada. Tomó el cuchillo con el que había rebanado el pan y sin pensarlo se fue acercando por sus espaldas.

Despertó de un sobresalto. Bajó las escaleras.

-Te levantaste temprano- le dijo al verla sentada en la cocina cebando el mate.

Mica Rosales

Diálogo

-Vamos cabecita, vamos activate, y tirame una idea para la tarea
-Que clase de idea?
-Eh? ¿Quién habla?
-Yo, tu mente
-Mi mente?
-Sí, tu mente, ¿qué era lo que me estabas pidiendo?
-Para, ¿cómo que sos mi mente? O sea mi mente ¿la que está en mi cabeza?
- Sí, esa misma.
-Wooww que buena onda, como haces para hablarme?
-Y…, soy tu mente estoy en tu cabeza y extrañamente tengo tu misma voz. Así que te puedo hablar, pero nada mas a vos a otras personas no puedo.
-Ah mira vos que interesante. ¿Por qué te llame?, ya ni me acuerdo
-Necesitabas una ayuda para la tarea
-Ahh sí, sí, ¿me ayudas?
-¿Qué es lo que necesitas?
-Tengo que hacer una historia
-¿De?
-De cualquier cosa
-¿Me estas cargando?
-¿Por?
-¿Una historia de cualquier cosa y no podes hacerla?
-Bueno, necesitaba un tema interesante. Cualquiera hace una historia de cualquier tema fácil, yo quería un tema poco común o algo que alguien mas no haga.
-¿Cuál es el sentido de la vida?
-¿Cómo?
-Que, cuál es el sentido de la vida
-Ah no, sé ni idea ¿por?
-O sea ese puede ser el tema para tu historia
-No, para quería un tema poco común. No meterme en filosofía y empezar a dar vueltas por todas las teorías
-Bueno a ver…. Aviones?
-No, ¿qué puedo decir de los aviones?
-La vida abajo del mar
-Aburrido
-Bueno entonces no sé
-Dale sos mi mente y ¿no me podes ayudar?
-Te estoy ayudando, pero no me haces caso
-Tus temas son muy aburridos
-Hacé un diálogo de un chico que habla con su cabeza y le pide ayuda para hacer la tarea
-Me gusta me gusta, ves ese si es un buen tema. Pero ¿cómo empiezo?
-Pidiéndole ayuda a tu cabeza
-Ok, ya lo tengo:
Vamos cabecita, vamos activate, y tirame una idea para la tarea…

Omar Alfonzo

El escultor

Yo fuí un gran escultor, junta a mi maestro hacíamos grandes obras, pero fué una época de batallas sangrientas e ideologías nuevas.
Mi maestro fué encerrado en una cárcel por sostener sus ideas políticas y yo me quede sólo con mi familia, y para no terminar como él debía destruir todas sus obras que tanto trabajo nos llevó lograr y a las que tanto afecto teníamos.
Yo no quise hacerlo, me parecía traición, una locura, así que la única salida que encontré fué viajar hasta la otra punta del mundo dejando atrás a mi familia.
Fué un viaje muy largo en el que pasamos hambre, pero el destino fué mejor de lo que esperaba, ya que hay mucha gente como yo, trabajadora, y en este país hay mucho trabajo aunque sigo extrañando a mi familia, pero seguimos en contacto mediante el correo.
Ya pasaron veinte años y mi hija viene con migo, parece que la guerra volvió a comenzar y en mi pueblo nativo hay hambre, así que finalmente nos reencontramos y vino con una buena parte de nuestra gran familia.

=Trata de la primera y segunda guerra mundial, es mi bisabuelo, a su maestro durante la primer guerra lo encarcelaron por opornerse a las nuevas ideas fascistas, y luego de la segunda guerra mundial llego al pais mi abuela con muchos primos y hermanos.=

Franco Bruno.

martes, 12 de julio de 2011

Camino

Camino un camino que ya caminé
Camino en línea recta hacia el amanecer
Camino buscando donde nacer
Camino sin prisa, no quiero volver.

En el camino los autos corren
En el camino un cartel indica el horizonte
En el camino encuentro silencios y voces
En el camino la noche aparece de golpe.

Es un camino donde el asfalto huele mal
Es un camino donde las hojas no caen más
Es un camino donde la oscuridad no quiere frenar
Es un camino donde nada te acerca a la paz

En ese camino las ruedas no giran
En ese camino las almas no respiran
En ese camino el cuerpo se vacía
En ese camino el frio no enfría.

Camino en el que ves todo lo malo
Camino en el que ves todo lo negro
Camino en el que ves todo lo feo
Camino en el que ves todo nublado

Si ese camino tu sonrisa iluminara
Si al final del camino tus ojos me esperaran
Si en este camino vos te encontraras
Si en vez de estar aquí junto a tu cuerpo me hallara.




Martina Leunda

Tan alejado de tí

En lo profundo muero por ti,

negro el océano en el que me convertí,

Buceo buscando un río,

encuentro un sentimiento aún más frío.



Contando las horas de invierno,

palpita en mí aquel verano,

en el que la lluvia mi corazón dejó mojado,

sufriendo por un amor inesperado.



Creo en ese ancho agujero que has dejado.

Creo… que tan alejado estás de mí.

Silvina Rossatti

El mundo de los hombres con uniforme verde

Un día de otoño sumamente lluvioso fue el que eligió José para mudarse a la casa que había estado desocupada durante varios años en los suburbios de una pequeña ciudad. El hombre aparentaba tener unos cuarenta y tantos, tenía el cabello lacio, de un color prieto brillante, los ojos eran grises como el cielo en los días nublados, no era muy alto ni muy bajo, y en su cara se asomaban menudas arrugas que eran normales para su edad.

Una vez instalado, se dirigió a su dormitorio para descansar, pero luego de varias horas de dar vueltas en la cama, se decidió por prender el televisor. Sin darse cuenta, realizó un movimiento brusco con la mano que obligó al control remoto a salir disparado y terminar debajo de la cama. Fue a recogerlo, pero en el instante en el que pasó por debajo de la cama, realizó un inesperado viaje a quién sabe dónde. Miró a su alrededor. Ya no estaba en su mundo. Comenzó a correr desesperado hasta que se quedó sin aire. Se tomó un momento para observar detenidamente el lugar desconocido. Las calles estaban contaminadas de basura y el aire era espeso. Su mundo, comparado con este otro, era mucho mejor. Las personas eran físicamente normales, pero le llamo la atención la cantidad de hombres vestidos con uniformes de color verde marchito que caminaban controlando a la gente. José sintió una impaciente necesidad por saber dónde estaba. Se dirigió corriendo hacia una mujer.

- ¿Dónde estoy? - Preguntó casi llorando.

- ¿Estás bien? ¿Qué te pasa?- Interrogó la joven.

- ¿Dónde estoy?- Repetía José mientras sacudía a la mujer.

La joven comenzó a gritar asustada. Uno de los hombres de uniforme, tomó a José del brazo y lo arrojó violentamente al interior de un auto. El hombre fue conducido hacia un lugar frío y sombrío. Lo dejaron en una habitación oscura junto a un joven amordazado. José también fue privado de vista y de voz.

Al día siguiente, un hombre con uniforme entró a la habitación. Se oyeron dos estruendos.

Era marzo de 1976.

Mica Rosales

sábado, 11 de junio de 2011

Autoretrato de Renzo Di Pasqua

Si tuviera que describirme a mi mismo y lo que me gusta, y puesto que escribo, lo voy a hacer, lo haría de la siguiente forma:
Soy terco como mula, orgulloso cual rey, huraño cual ermitaño, alegre cual velorio, molesto como la gripe, dormilón como perezoso, estúpido como muchos, listo como pocos, arrogante como abogado y bruto como boxeador. Constante buscador de la quinta pata al gato, soñador de ojos abiertos, proveedor de incordios, trabajador de poca monta, usuario del sarcasmo, abogado del diablo y asesino del tacto.
Si no fuera porque el Sol es útil, lo apagaría de un soplido y en su lugar colocaría a la Luna. Si no fuera vago, seria alguien excepcional. Si no fuera porque es lunes, seguiría durmiendo. Si no fuera porque son las tres de la mañana, seguiría despierto. Si no fuera por los alérgicos, llenaría el mundo de gatos. Si no fuera porque no soy rico, tendría diez bibliotecas llenas. Y si no fuera así, no seria yo.

domingo, 5 de junio de 2011

Amigo

Éramos amigos desde el jardín. Todavía me acuerdo ese día que me preguntó – ¿Querés ser mi mejor amigo? - Yo le respondí que sí. Desde entonces se convirtió en mi primer mejor amigo que tuve y uno de los mejores. Vive, o vivía a 3 cuadras de mi casa, lo que se me facilitaba mucho poder ir a jugar a su casa o que el venga a la mía. Así, era todos los días, jugando al sega, con los muñecos, a la pelota, andando en bicicleta… días inolvidables. Realmente se había convertido en una parte de mí que en ese momento yo no me había dado cuenta.
Así fueron los 3 años del jardín. Al comenzar primer grado, obviamente juntos en la misma escuela, me lo encontraba a él en el micro escolar que nos pasaba a buscar a las mañanas desde nuestras casas… días felices.
Al año siguiente, el micro pasaba por su casa, tocaba bocina, y él no salía. Faltaba mucho al colegio, y cada vez comenzé a verlo menos, hasta que me entere por mi mama que él ya había abandonado la escuela por razones que en aquel momento yo desconocía. Pasaba por su casa pero salían otras personas diciéndome que él no estaba… días tristes.
Ya acostumbrado a no verlo más, hice nuevas amistades y el tiempo me ayudo a salir adelante.
Terminé séptimo grado y comenzé la secundaria, siempre pensando que habrá sido del que alguna vez fue mi mejor amigo.
Es el día de hoy que hace un par de semanas atrás iba caminando llendo para mi casa, cuando escucho el ruido de una moto con esa cumbia a todo volumen venir por detrás mío, me dí vuelta para confirmar que lo había pensado era cierto, y veo, al pibe que la manejaba… era nada mas y nada menos que mi mejor amigo de la infancia, con su visera en esa cabeza con muy poco pelo, y su cara llena pircings y aritos. No me reconoció pero por lo menos sé que él sigue por ahí dando vueltas haciendo su vida… días modernos.

Reartes.

viernes, 3 de junio de 2011

Autoretrato de Cristian Russano

Como resumir en pocas palabras mi esencia. Se hace dificil decribirse uno mismo desde un campo espiritual. Fisicamente, es fácil, es lo que todos ven : 1,65 mts de altura, pelo castaño claro, ojos marrones, tez no muy oscura y delgado.
Mas internamente, se puede decir que soy un amante de los deportes, una persona activa que detesta estar quieto, responsable, ordenado, entusiasta por aprender nuevas cosas, sencillo, tranquilo, pero a veces corto de paciencia. En síntesis... , yo.

Autoretrato de Camila Gatti

Nací hace 17 años, tenía una manchita roja en mi mejilla, que poco a poco me abandonó con el tiempo.Todos dicen que soy rubia, pero yo me considero castaña. Me gusta reir, me gusta actuar, me gustan mis ojos y las miradas, esas miradas que dicen todo. Soy fuerte por fuera y sensible por dentro, me gusta estar con la gente que quiero y pasarla bien, me gusta el verano y el invierno también, el frío y la lluvia. No me gusta ver tristes a las personas, siempre trato de ver y hacerles ver el lado bueno de las cosas. Soy puntual para dormirme e impuntual para despertarme. Soy así, y aunque cambiaría algunas cosas, me gusta mi personalidad.

Autoretrato de Juliana Gianino

Me gusta hacer muchas cosas. Me gusta juntarme con las personas que quiero, en especial en lugares al aire libre, me gusta conocer y que me conoscan. A veces me canso y es ahí cuando me gusta lo que no me gusta, encerrarme, y quedarme sola por un buen rato, o quizás un día entero.

Suelo hablar mucho, y a veces digo tantas cosas que ni yo me entiendo, no tengo un punto medio, o en realidad no lo encuentro o estoy bien o estoy mal, es fácil de notar pero difícil de entender, a veces puedo sorprender.

Autoretrato de Alan Reartes

Ambicioso de mi mismo. Ambicioso a la vida. Tratando de disfrutarla cada día un poco mas, aprovechando a hacer todas aquellas cosas que me gustan, así, el día de mañana, no pueda llegar a arrepentirme por lo que no pude llegar a hacer en mi infancia y adolescencia.
Mientras tanto me gusta estar con mis amigos, me gustan los deportes, el fútbol mas que ninguno, escuchar música, me gusta mucho comer, tocar el bajo en mis tiempos libres, salir los fines de semana, dormir y estar en la computadora.
Nacido hace 17 años en la localidad de San Fernando pero actualmente residiendo en Boulogne. Me considero a mis mismo de estatura media, morocho, pelo corto, delgado y de ojos marrones. Indeciso, pero muy firme aveces, curioso y ansioso. Soy una persona tranquila pero también tengo mis momentos de locura. Soy paciente pero hasta cierto punto. Soy ordenado, y a veces muy bien organizado. Soy Alan Ezequiel Reartes.

domingo, 8 de mayo de 2011

Autoretrato de Omar Alfonso Lopez

Soy de estatura mediana, ojos oscuros y pelo amarronado.
Para algunas cosas soy bastante irresponsable como hacer tareas, cumplir horarios, ordenar mi cuarto y sacar la basura.
Respeto a las personas que me respetan, creo que el respeto es una actitud que se debe tener siempre ya que de esta manera te podes entender bien con otras personas.
Siempre apoyo a la gente que me lo pide nunca tuve problemas para ayudar.
Quiero mucho a mi familia.
Soy muy impaciente, cuando pido algo quiero que me lo den al instante.
Soy muy propenso a lesionarme, siempre me pasa algo.
Me tienen que insistir mucho para que pruebe cosas nuevas.
Si me llevo mal con una persona trato de hacer lo posible por llevarme bien con ella.
No leo mucho si es algo para una tarea del colegio lo leo, pero si no no lo leo.
Me molesta mucho que estén encima mío todo el tiempo o me estén presionando es algo que no soporto
No me agrada el colegio, pero se que sin el no tengo un buen futuro asegurado.
Me gusta mucho el blues y el rock, la música es algo que me permite meterme en mi mundo y por un par de minutos olvidarme todo y relajarme.
Me gusta estar con mis amigos, salir y pasar buenos momentos con ellos.
Me gusta irme de viaje con mi familia, creo es una muy linda experiencia poder disfrutar con ellos.
Me gusta la pizza.
Me gustan las películas de historias medievales.
Me gusta andar en bicicleta.
Amo el rugby es un deporte que me encanta, es algo con lo cual no podría vivir, cuando entro en la cancha me olvido de todo y nada mas me importa eso. Espero todas las semanas a que sea domingo y volver a entrar a la cancha con mis compañeros de equipo. Hacer este deporte es algo que necesito.

domingo, 1 de mayo de 2011

Autoretrato de Lola Carbonell


Si tengo que hablar de mí, tendría que decir que nací hace 16 años un día de verano. Rulos, ojos verdes, que cambian según el clima, y una sonrisa, simplemente eso. Piernas largas, pestañas cortas y nariz fea.
Si tengo que hablar de mí, tendría que decir que me gusta ser feliz. Me gusta vivir sonriendo, me gusta sonreír viviendo.
Si tengo que hablar de mí, tendría que decir que soy muy organizada, y que siempre trato de ir por el diez. Nunca bajo los brazos, siempre intento buscar alguna manera para conseguir lo que quiero.
Si alguien me ve en la calle pensaría que soy una chica común, pero no, tengo mis vueltas. Soy indecisa, pero por otro lado se exactamente lo que quiero. A veces me gusto, y otras veces me gustaría no conocerme. Me gusta salir, pero también me gusta quedarme en casa durmiendo.
Me gustan los días de sol con viento, me gustan los días de lluvia fríos, me gustan las abuelas, me gustan las cosas dulces, me gustan los lugares tranquilos, me gustan los viajes largos, me gustan las caminatas acompañadas por mí fiel amiga la música, me gustan las bicicletas. Lo que me gusta, me gusta mucho, pero también detesto todo lo que no me gusta. Detesto los lugares llenos de gente, detesto las mentiras, detesto la falsedad, detesto que me traten mal, detesto que me miren mal, detesto mirar mal, detesto detestar. Todo lo que detesto, intento no hacerlo. Me gusta esforzarme para evitar ser detestable.
Si tengo que hablar de mí, tendría que admitir que hay muchas cosas que no me cierran. Mi timidez, mi inseguridad, mi carácter algunos días y mi pelo los días húmedos.
No me estaría describiendo si no mencionara mi sensibilidad. Lloro si estoy triste, lloro estando feliz, lloro estando enojada. En fin, lloro, y lloro mucho. Generalmente no digo todo lo que pienso y acumulo, acumulo una gran pila de sentimientos, palabras y gritos, que un día salen expulsados por una simple estupidez.
Me cuesta confiar en la gente, pero la gente en la que confío puede dar fe que me entrego totalmente. Puede sonar mal, en realidad suena mal, pero es así.
Otro aspecto que no podría dejar pasar, es que creo, y mucho, en que todo lo que das te vuelve. Me gusta ayudar, y aunque suene un poco egoísta, me gusta ayudar para que después me ayuden a mí.
En fin, soy tímida, insegura, feliz, infeliz, amable, detestable, todo a la vez. Ah sí, me llamo Lola Carbonell.

sábado, 30 de abril de 2011

Autoretrato de Martina Leunda


Si te miro, probablemente, no te esté observando.
Si te miro, probablemente, te esté usando como punto para dejar mi mirada en algún lugar, quieta. Mientras pienso.
Si te miro, probablemente, esté pensando en qué tengo ganas de comer. Probablemente esté imaginando la chocolatada que espera por mí en casa.
Si te miro, probablemente, esté pensando en toda esa gente que está haciendo ruido mientras intento pensar en algo más profundo. Probablemente, aunque no haya ruido, igual no logre pensar mucho más que en lo mal que estoy vestida o, si la ocasión lo amerita, en algún pequeño problema amoroso que de problema tiene muy poco.
Si te miro, probablemente, pienses que estoy loca. Y mientras te miro, probablemente, esté pensando en como hacer para ser un poco más original. Y al instante probablemente piense que nunca voy a encontrar la respuesta, y que voy a seguir siendo tan básica como siempre.
Pero si te miro, lo más probable sea, que simplemente quiera mirarte

Autoretrato de Francisco Bentos

Mentiria si digo que no naci un ocho de febrero,
Mentiria si digo que no me gusta reir,
Mentiria al decir que soy perfecto,
pero defiendo mis defectos.

Mentiria si digo que no soy ironico,
y al decir que no me gusta serlo.
A mi casi mayoria de edad soy rubio, alto
y hasta me han dicho que tengo el pelo enrrulado.
asi me describo.. Asi , yo me veo.

sábado, 23 de abril de 2011

Autoretrato de Florencia Chiappe

Florencia, la mejor persona para definirse a ella misma.

Como típica leonina es egocéntrica, mandona, con quien conoce, impulsiva(lo evita pero sigue sin pensar antes de hablar.) Le gusta sentirse querida, le gusta que le demuestren el cariño que le tienen. Se siente crack pero a veces, se siente la peor. Los altibajos, se caracterizan en su vida cotidiana. Es una persona demasiado sincera, no le va la gente que es mentirosa y menos que menos las personas caretas.

Admite, que tiene el mejor buen humor con sus amigos, pero cuando llega a la casa es la persona con más mal humor. Le gusta hacer reir a sus amigos le levanta el autoestima, saber que los ayuda mediante risas o flashiedades. Es muy tierna, pero muy fría para llorar, para hacerla llorar tenés que hacerla sentir la peor basura del mundo del mundo mostrandole sus defectos sin que le importen sus sentimientos.

Es muy histerica y bastante miedosa con la gente que ama a tal punto celosa, celosa que la ignoren, lo odia no se lo hagas, nunca, porque después es la persona más soberbia a tal punto que te puede dejar de hablar.

Empezando 2011

Comienza un nuevo año del Taller de producción literario del Nacio. Espero que sea un muy buen año y que descubran todo lo que tienen dentro y son capaces de expresar. Saludos a mis nuevos alumnos!