domingo, 5 de junio de 2011

Amigo

Éramos amigos desde el jardín. Todavía me acuerdo ese día que me preguntó – ¿Querés ser mi mejor amigo? - Yo le respondí que sí. Desde entonces se convirtió en mi primer mejor amigo que tuve y uno de los mejores. Vive, o vivía a 3 cuadras de mi casa, lo que se me facilitaba mucho poder ir a jugar a su casa o que el venga a la mía. Así, era todos los días, jugando al sega, con los muñecos, a la pelota, andando en bicicleta… días inolvidables. Realmente se había convertido en una parte de mí que en ese momento yo no me había dado cuenta.
Así fueron los 3 años del jardín. Al comenzar primer grado, obviamente juntos en la misma escuela, me lo encontraba a él en el micro escolar que nos pasaba a buscar a las mañanas desde nuestras casas… días felices.
Al año siguiente, el micro pasaba por su casa, tocaba bocina, y él no salía. Faltaba mucho al colegio, y cada vez comenzé a verlo menos, hasta que me entere por mi mama que él ya había abandonado la escuela por razones que en aquel momento yo desconocía. Pasaba por su casa pero salían otras personas diciéndome que él no estaba… días tristes.
Ya acostumbrado a no verlo más, hice nuevas amistades y el tiempo me ayudo a salir adelante.
Terminé séptimo grado y comenzé la secundaria, siempre pensando que habrá sido del que alguna vez fue mi mejor amigo.
Es el día de hoy que hace un par de semanas atrás iba caminando llendo para mi casa, cuando escucho el ruido de una moto con esa cumbia a todo volumen venir por detrás mío, me dí vuelta para confirmar que lo había pensado era cierto, y veo, al pibe que la manejaba… era nada mas y nada menos que mi mejor amigo de la infancia, con su visera en esa cabeza con muy poco pelo, y su cara llena pircings y aritos. No me reconoció pero por lo menos sé que él sigue por ahí dando vueltas haciendo su vida… días modernos.

Reartes.

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