miércoles, 26 de agosto de 2009

"No"

Este poema es de Pamela Pulcinella de 5to Año de la Tarde. Ganó 1era Mención en las Olimpiadas de Poesía de APOA. Con su permiso lo publico para que lo disfruten:

No.
No la garganta
ni el pulso sanguíneo derramado.
No la perpetua antítesis que engrosa las cifras
de corteza en letargo.
No la yugular arrancada,
estría palpable de embrión olvidado.
No el malévolo espejismo
mucho mas allá del charco
a espaldas del horizonte
lejano vértigo animal.
No la musiquita imperturbable
que engendra impotente la noche,
ni la intensidad del silencio casual
en aquel crepúsculo denso.
No los escombros inertes
palabra, saliva y ficción.
No, esta noche los cuerpos,
sumisos esculpen
la voz.

lunes, 24 de agosto de 2009

BORGES


Hoy, 24 de Agosto, se cumplen 120 años del nacimiento de Jorge Luis Borges. Como recordatorio a quien se definía orgulloso de ser un buen lector antes que un gran escritor, conmemoramos ese día el "Día del Lector". ¡¡¡Feliz día para todos los que visitan esta página, para todos los que disfrutamos de la lectura ya que sabemos que es uno de los grandes placeres de la vida!!!


"Sabemos que el lenguaje, como la luna, tiene siempre un hemisferio de sombra" J. L. Borges

jueves, 20 de agosto de 2009

un 20 de agosto...



Un 20 de agosto como hoy, pero de 1890 nacía Howard Phillips Lovecraft (1890-1937), uno de los escritores de horror y ciencia ficcción más influyentes del siglo XX. Injustamente ignorado en vida, fue después de su muerte cuando el empuje de algunos amigos y colegas, empeñados en difundir su obra a cualquier precio, consiguió que se le prestara a su narrativa la atención que merecía.
Hoy en día Lovecraft ocupa en el canon de la literatura norteamericana un lugar preeminente: recientemente ha visto publicada parte de su obra en la "Library of America" - una especie de "salón de la fama" literario- donde comparte catálogo con genios de la talla de James Fenimore Cooper, F. Scott Fitzgerald, Herman Melville, Mark Twain o Edgar Allan Poe (además de algún ex-presidente de los EUA)

El hombre que siempre hace magia

Después de tantos años, la intriga ya no se apodera de mí como antes, pero los recuerdos siguen intactos.
No olvido como cada día, al atardecer, entraba en aquel viejo bar solo para verlo. Caminaba rápidamente, sintiendo todas las miradas sobre mí, y oyendo el borbotear de las conversaciones sobre el olor a alcohol y cigarros.
Dejaba todo eso atrás cuando abría con ansiedad la puerta trasera y lo veía: solo y calmo, sobre la esquina del sol.
Eran aquellos últimos rayos de luz los que me dejaban apreciar toda su hermosura; Y el volvía a hacer magia, y yo permanecía inmóvil observando los rizos bronce que enmarcaban su rostro o su abrigo oscuro que contrastaba con los ladrillos de la pared del fondo.
La última tarde que lo vi había llovido. Permanecí más tiempo del habitual contemplando su tranquila figura apoyada sobre los ladrillos húmedos. No quería despedirme.
Caminó hacia mi, y pude sentir sus efectos aún con mas intensidad. Me entregó su valija, y percibí su tacto suave por un instante.
- Para que no pierda la magia, nunca la abras. -susurró antes de dar la vuelta.
Y la valija mágica sigue cerrada. Intacta.

Paula Deak

Cadaveres exquisitos

Recorrió el aula con un rápido vistazo y se dirigió al último banco mirándolo de reojo. Al conseguir ver por un instante la expresión furiosa en su rostro antes de que se moviera abruptamente para darle la espalda, supo que seguía enojado con él. Una vez que estuvo acomodado, desde el rincón mas apartado del salón reconstruyó lo que había sucedido la semana pasada.
Recordó que él estaba parado junto a la puerta, exponiendo toda esa seducción innata de la que no pensaba jactarse, y como ese descaro lo había llevado a decir que “siempre había querido ser mamá, y tener una casa grande para que puedan disfrutar sus hijos.”
Recordó la cara de incredulidad de todos y la de su amigo, especialmente furioso, por que no había dicho algo que lo comprometiese también a él, por lo tanto debía quedase en clase mientras solo él se perdía la charla aburrida del profesor, estando en la oficina de psicopedagogía por decir algo tan “extraño”.
Sacudió sutilmente la cabeza, regresando al presente.
La clase había iniciado y tenía hasta el recreo para pensar como ingeniárselas para conseguir comida del quiosco sin pagar.
Aun así esperaba que su amigo lo perdonara, y pudieran volver a ser los mismos que hace una semana atrás.
Y además, juntos podrían conseguir más cosas ricas para el recreo.

Paula Deak

Redes

Yo estaba encadenado a su imagen. Me atrapaba el dorado de su abanico, o el dorado de su cabello enredado. Me atrapaba cuando mecía sus manos para darle un suspiro, con una simple brisa esparcida con su llamativo objeto, a la calurosa tarde de verano; o el vaivén de su cintura, un tanto provocativo.
Me atraían los colores de la pintura de ese utensilio plegado, o la vestimenta muy típica de ella.
Me atraía entera y completamente. Y aunque yo sabía que era un imposible, logré llegar a ella y decirle, muy envalentonado, que la deseaba. Yo había nacido para ella.
No tardó en caerme la condena de su estúpido marido.
Él ya no me dejaba vivir en paz. Era su esclavo. Era un infierno, me sometía a humillaciones contando mi absurdo secreto.
¡Que cretino! ¿No entendía que era solo mío y de ella? El amor es solo de dos.
Y la gente sorprendida suspiraba exaltada y me clavaban sus miradas aniquiladoras. Pero no recuerdo desde cuando lo hacían. Si desde aquella vez de la confesión o mas adelante cuando la pude tener en mis brazos y amarla.
La verdad es que no recuerdos si ella se entregó al placer o solo no quería.
¿Será que no quería? ¿Será que la obligué?
Quizá por eso ahora estoy acá, encerrado en este lugar.
Igual no me identifico con estas personas. Caminan, andan, merodean. Y pasean con la imaginación, quietos.
Yo no soy como ellos.
¿Será algo temporáneo?
Si tengo que rescatar algo de aquí es que ya no tengo que convivir con el cretino. Aunque a veces se acuerda de mí y viene a someterme de nuevo, con esa carita de perrito mojado, como si fuese a perdonarme por mi secreto y me sacar de acá. Imbécil.
Y ella es la única que es sincera conmigo. Yo se que me ama y que me va a sacar. Porque yo no le hice nada, nunca la lastimaría, no lo haría.
Si, ella me va a sacar.
¿Nadie va a entender que la amo, que nos deseamos? ¿Nadie comprende?
¿Está mal amar a la mujer que te creó, te concibió? ¿Está mal?
Si al final de cuentas yo soy de ella y ella es mía, solo mía.

Magalí Carrizo