martes, 12 de julio de 2011

Camino

Camino un camino que ya caminé
Camino en línea recta hacia el amanecer
Camino buscando donde nacer
Camino sin prisa, no quiero volver.

En el camino los autos corren
En el camino un cartel indica el horizonte
En el camino encuentro silencios y voces
En el camino la noche aparece de golpe.

Es un camino donde el asfalto huele mal
Es un camino donde las hojas no caen más
Es un camino donde la oscuridad no quiere frenar
Es un camino donde nada te acerca a la paz

En ese camino las ruedas no giran
En ese camino las almas no respiran
En ese camino el cuerpo se vacía
En ese camino el frio no enfría.

Camino en el que ves todo lo malo
Camino en el que ves todo lo negro
Camino en el que ves todo lo feo
Camino en el que ves todo nublado

Si ese camino tu sonrisa iluminara
Si al final del camino tus ojos me esperaran
Si en este camino vos te encontraras
Si en vez de estar aquí junto a tu cuerpo me hallara.




Martina Leunda

Tan alejado de tí

En lo profundo muero por ti,

negro el océano en el que me convertí,

Buceo buscando un río,

encuentro un sentimiento aún más frío.



Contando las horas de invierno,

palpita en mí aquel verano,

en el que la lluvia mi corazón dejó mojado,

sufriendo por un amor inesperado.



Creo en ese ancho agujero que has dejado.

Creo… que tan alejado estás de mí.

Silvina Rossatti

El mundo de los hombres con uniforme verde

Un día de otoño sumamente lluvioso fue el que eligió José para mudarse a la casa que había estado desocupada durante varios años en los suburbios de una pequeña ciudad. El hombre aparentaba tener unos cuarenta y tantos, tenía el cabello lacio, de un color prieto brillante, los ojos eran grises como el cielo en los días nublados, no era muy alto ni muy bajo, y en su cara se asomaban menudas arrugas que eran normales para su edad.

Una vez instalado, se dirigió a su dormitorio para descansar, pero luego de varias horas de dar vueltas en la cama, se decidió por prender el televisor. Sin darse cuenta, realizó un movimiento brusco con la mano que obligó al control remoto a salir disparado y terminar debajo de la cama. Fue a recogerlo, pero en el instante en el que pasó por debajo de la cama, realizó un inesperado viaje a quién sabe dónde. Miró a su alrededor. Ya no estaba en su mundo. Comenzó a correr desesperado hasta que se quedó sin aire. Se tomó un momento para observar detenidamente el lugar desconocido. Las calles estaban contaminadas de basura y el aire era espeso. Su mundo, comparado con este otro, era mucho mejor. Las personas eran físicamente normales, pero le llamo la atención la cantidad de hombres vestidos con uniformes de color verde marchito que caminaban controlando a la gente. José sintió una impaciente necesidad por saber dónde estaba. Se dirigió corriendo hacia una mujer.

- ¿Dónde estoy? - Preguntó casi llorando.

- ¿Estás bien? ¿Qué te pasa?- Interrogó la joven.

- ¿Dónde estoy?- Repetía José mientras sacudía a la mujer.

La joven comenzó a gritar asustada. Uno de los hombres de uniforme, tomó a José del brazo y lo arrojó violentamente al interior de un auto. El hombre fue conducido hacia un lugar frío y sombrío. Lo dejaron en una habitación oscura junto a un joven amordazado. José también fue privado de vista y de voz.

Al día siguiente, un hombre con uniforme entró a la habitación. Se oyeron dos estruendos.

Era marzo de 1976.

Mica Rosales