viernes, 31 de octubre de 2008

Viaje por las estrellas

En el templo de las hamacas
y los subibajas,
el viaje por las estrellas
hace que una sonrisa carmesí ilumine su rostro
y su pelo brille.
Las cañas de madera rodean el lugar,
y de la carpa de circo surge un arcoiris
que convierte su vida
en un rompecabezas gigante,
en el que cada mostacilla tiene la importancia
de un elefante.
INÉS TUBERT 4TO 1ERA TM

miércoles, 29 de octubre de 2008

El fin de la magia

El año pasado me había regalado una bicicleta, con una cartita que decía: “Para Eugenia, de Papá Noel”. ¡Que alegría sentí aquel día! Hasta entonces suponía que tendría cubierto el resto de mis navidades con regalos GRANDES, ya que podía pedirle lo primero que imaginara.
El año pasado creía en la magia, en los renos, en el viejito de barba blanca y traje rojo…Ahora cambie de parecer. No es que me sienta triste porque ya no me van a regalar cosas sofisticadas o algo así, sino que me apena el haberme enterado de que esa persona a quien yo admiraba tanto, no existe. Nunca existió realmente.
Lo esperé muchas noches con inmensa felicidad, le escribí cartas (no muy largas como suelen ser), ciertas veces le tuve miedo, y otras, ni siquiera le prestaba atención cuando lo miraba.
Una tarde de Mayo, yo estaba sentada a la mesa del comedor junto a mi papá, que estaba leyendo el diario. Yo estaba tomando un vaso de leche, y de repente se me vino de la nada una idea un poco tonta a la cabeza, pero realmente me intrigaba mucho.
-¿Pá?- le dije. Ya sé que Papá Noel viene del polo norte, pero…¿cómo hace?
-No, Euge…-me contestó. La verdad es que…Papá Noel no existe, es como el ratón Pérez. ¿Entendés?
-¿No existe?-le pregunté bastante preocupada.
-No, no existe Euge (hablaba como si pensara que yo ya sabía que Papá Noel no existía).
-¿Y entonces quien me traía todos los regalos? y...¿como se enteraban mamá y vos de los regalos que yo quería que el me trajera, si yo nunca les mostré las cartas?
-¿Te acordás cuando íbamos al correo a dejar las cartas? Mamá simulaba que las dejaba guardadas en el buzón, pero en realidad se las quedaba ella. Después leía lo que habías pedido, y de todos los regalos que mencionabas, tratábamos de comprarte los que podíamos.
-Ah, bueno. Ahora vuelvo.
El momento en el que mi papá me dijo que Papá Noel no existía, no supe que decir o pensar. Al principio me quede muda, después me enoje, y salí corriendo al jardín de mi casa; Pero traté de no demostrarle mi tristeza.
A partir de ese momento, imaginé que la magia solo podría existir en los cuentos de hadas. Aunque, para ser sincera, hoy lo pensaría dos veces.

EUGENIA TORRE

sábado, 11 de octubre de 2008

Palabras (asfixia)

He notado que muchas veces las palabras se anudan fuertemente, como el cordón de mis zapatillas. Y aprietan hasta la asfixia.
No es común notarlo, por eso decidí hacer algo al respecto, para ahorrarle el trabajo a otras personas, observadoras y minuciosas al igual que yo.
Es implacable este deseo de beber las palabras. Pero creo que haré con ellas un collar. –Pensé-. Donde cuelgue mis días y mis noches, mis insomnios e infortunios.
Esperaré también encontrar palabras tuyas, rasgos efímeros, figuras que vomiten circunstancias.
Colgaré mis utopías y anhelos, mis desgastes. Colgaré las manchas, las heridas, los fragmentos inherentes que desatan el lazo que me esclaviza a tus pies.
Colgaré mi vida, si es necesario, también.
Entusiasmada busqué en el aire, en la brisa, en los fragmentos. Pero no estaban. Las palabras habían volado junto al invierno, se esfumaron como bocanadas de humo.
Entonces sentí la asfixia. ¿Pero cómo? Si las palabras se ausentaban…
Es un misterio la magnitud de las palabras aún cuando creemos que las hemos vencido.
Confundida, noté mi collar agonizando.
Ingenua, volví a buscar en el aire, en la brisa, en los fragmentos. De nuevo, no estaban.
Aún no podía entenderlo, sentía la asfixia inmóvil e inquebrantable en el interior.
Entonces supe que, a pesar de no poder tocarlas, las palabras nunca cesarían.
Tampoco la asfixia.

PAMELA PULCINELLA

martes, 7 de octubre de 2008

CARPE DIEM


Carpe Diem, aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y la poesía sí pueden cambiar el mundo...
Somos seres humanos llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia...
No dejes nunca de soñar, porque solo en sueños puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes...
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación pero, no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante...
Vivela intensamente sin mediocridades.
Piensa que en Tí está el futuro y en encarar la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte.
No permitas que la vida te pase a Tí sin que la vivas...
WALT WHITMAN

Editorial

Hola!!!! Este blog es el producto de la materia "Producción literaria" que dicto y disfruto muchísimo en el Colegio Nacional San Isidro.
Realmente deseo que la literatura les sirva para "imaginar utopías". Y este nombre, que fue elegido de manera tan democrática en clase, me recuerda lo que decía Eduardo Galeano: "Camino dos pasos y ella se aleja dos pasos; camino diez pasos y ella se aleja diez pasos. Es como el horizonte: inalcanzable. Y entonces para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para seguir caminando.
Gracias Alina, Sofía G., Ludmila, Patricio, Ignacio, Eugenia, Inés, Martín, Sofía A., Lisa, Agustina, Gino, Florencia, Beti, Stefano, Alan, Pamela, Analía, Lucía, Maitén y Luna por animarse a expresarse y crear una realidad nueva!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
SONIA