martes, 29 de junio de 2010

Pensamientos rutinarios de un marinero


Otra vez el mar. Las olas golpean fuertemente nuestro viejo barco. ¿Encontraremos tierra al pasar el horizonte? Eso espero. El clima tampoco está a nuestro favor, este frío que hiela hasta los huesos hace que cada uno saque lo peor de si.

Lucio realmente me sorprende, es el único de la tripulación que aún conserva el buen humor. Realmente es envidiable; la falta de comida hace que todos lo perdamos, algunos más rápido que otros. Quizás, el estar alejados de las personas queridas también contribuya en esto.

Vuelvo a mirar el mar, por décima vez en el día. Tan calmo, tan equilibrado. El mar es traicionero; en el momento menos esperado puede darse vuelta. Y los planes hechos, quedan en cenizas. Odio que el mar me recuerde tanto a vos.
Adriana Salón

El colegio

Jaque mate

Veo, veo ¿Qué ves? Uno, dos, tres…algunos idiotas riéndose. ¿De que? ¿De quién?

Mas lento! Chicas lindas a la vista, mi estomago me desvía la mirada, me ruega comida. Quiero hacerme amigo de ese chico, en realidad, quiero hacerme amigo de su sándwich.

Arriba, en el techo del edificio central del colegio, hay unas misteriosas antenas parabólicas. ¿Qué estarás tramando Elvira?

Abajo, el gran tablero de ajedrez duerme hasta que el despertador indique el comienzo de su tortura. Los peones están trabajando, excepto los idiotas que siguen riéndose.

Alcanzo ver el sector fumadores que se encuentra fuera del colegio, sobre la vereda de enfrente. En menos de 20 minutos me uniré como de costumbre.
Mauro Litvak

Monólogo de un Lobo de mar A Lienzos Rojos.


Hace 0ºC y esta lluvioso...Me encuentro solo; perfecto día, para que tome la iniciativa y de una vez por todas les arranque los ojos y las corneas con mis propias manos... escuchando sus gritos, esos gritos que me remiten al mas austero y oscuro infierno, donde llegan almas como olas a este asqueroso y redundante bote, que me tiene encallado hace 25 años.
Hace 25 años que no pronuncio ni formulo una palabra en voz alta hacia un receptor o hacia alguna cosa… esta todo completamente vacío, los abomino, los vomitaría a todos, los apalearía tanto en sus cabezas cuadradas hasta que la sangre corra, y corra como este mar superfluo donde todo llega al mismo punto.. Y ancla a estupidos como yo...y como tantos otros que dedican su vida a decir mentiras, mentiras y mentiras.
Hoy lo sufro, nadie me escucha., pero agradezco viendo a tantos otros otarios que orejas le sobran y boca tienen y nada valioso dicen… los asesinaría simplemente los asesinaría juntando su sangre en este mar revuelto, abría tanta sangre que caería sangre del cielo…machacaría sus cráneos llenos de deyección tanto hasta que griten ustedes los insulsos, los otarios, supuestos acreedores de la superioridad, siempre ustedes subidos en su montaña de orgullo, me encantaría arrancarles sus dientes, viendo salir la sangre roja y brillante , les desarraigaría sus uñas de la carne, los mordería, y la sangre una vez corriendo, huyendo de sus asquerosos cuerpos, les apartaría tanto la boca , tanto, que la quijada les quebrantaría, para que sepan y nunca se olviden los defecaría en sus propia cara.
Lucas Botto

martes, 22 de junio de 2010

Un poeta

Prendió un cigarrillo, la computadora era lo único que iluminaba el cuarto. La espalda lo estaba matando y la frustración lo corroía. El espeso humo que salía de su boca se mezclaba con las letras del monitor. Un poeta ¿era poeta realmente? Su inspiración se desvanecía y su musa interior parecía haberse suicidado en el mismo momento que se sentó a escribir. No pretendía dormirse sin haber escrito una obra que fuera excelente, o que por lo menos rozara su pretensión. Su cerebro rebuscaba, sus dedos se agitaban sin tocar el teclado, debía crear algo. Las ideas nacían en su boca y caían quebradas y muertas. Su imaginación se apagaba y quedaba en standby. Coloco su cabeza sobre sus manos y esperó. La combinación perfecta de las palabras se paseaba por su paladar pero no salía de él. Sus neuronas no hacían sinapsis.

El escritor cuando escribe, piensa, medita y revuelve frases ya usadas. Finales ya terminados e historias retorcidas, cubiertas de misterio. El poeta en cambio, le da suavidad a los sentimientos. Vuelve delicados hasta los trazos más bruscos. De la nada, crea un todo… en cambio él…

¿Era poeta realmente?

“Un poeta busca las palabras perfectas
las frases perfectas
las metáforas perfectas,
que cada oración sea
un valle en medio
de un desierto, para que
su poema, termine siendo imperfecto”



(Frase: Ivo Retacco)


Natacha Mansilla

DIME QUIEN CAMINA CUANDO SE PUEDE VOLAR

-Gordo, no me digas que no podés soñar. No me digas que tus sueños ya no pueden llamarse así y que ahora son metas. No me lo digas porque me duele, me duele saber que soy yo quien te inspira esas no ganas de soñar, esas no ganas de sentir demasiado. Demasiado: que palabra de mierda. ¿Sabés por qué? Porque significa que hay un límite, y en este caso un límite para el amor. Y la verdad es que no lo hay.

“Sos vos el que se hace la cabeza y se complica pensando demasiado (porque sí creo que hay un límite para pensar en algo o en alguien) cómo tiene que sentir y cómo tiene que actuar- le dijo temblando nerviosa, sin poder seguir pero sin poder parar.

Él no la miraba… porque no podía. Y ella no lo miraba porque no quería creer que él no podía mirarla.

Porque siempre la miró, porque siempre la adoró, porque siempre lo lastimó. Porque él le dio todo lo que tenía, porque lo tenía todo. Y ella le dio todo lo que tenía, aunque no tenía nada.

-Decime cómo querés que haga para adecuarme a lo poco que tengo de vos, cuando lo tenía todo. Gordo, te tenía todo. Mirame. ¡Mirame, te estoy hablando!
-Te estoy escuchando… Entendé que no te puedo prometer más nada, porque no me siento capaz de hacerte confiar en mi, en que todo va a estar bien. Sos lo que más me importa y lo que menos puedo preservar.

-Entonces hacé algo. Sabiendo que podemos estar mejor, ¿por qué no hacemos lo posible para lograrlo? Claro, que boluda… Porque no me dejás, porque no te soltás. Ya está: me convenciste de que no puedo hacer nada, porque si se trata de querer hacer algo; por supuesto que quiero. ¿Entendés lo que te estoy diciendo? Decime, gordo, decime, ¿quién camina cuando se puede volar?

Sabrina López

miércoles, 16 de junio de 2010

Perfil del tiempo


El tiempo pasa. Cada vez más rápido, como un abrir y cerrar de ojos. Hoy podés estar acáy en dos segundos en otro lugar. Hoy podés vivir, mañana morir. Hoy podés llorar, mañana reír. Hoy podés besar, mañana arrepentirte. Hoy podés elegir, mañana votar. Hoy podés ver el paraíso, mañana el infierno. Hoy podés dar, mañana recibir. Pero no tenés que vivir toda la vida rápido. Tiene que ser todo a su debido tiempo. No hay que dormirse, siempre hay que vivir. El tiempo se cae, se derrite, se sostiene, pero nunca se detiene.

Lautaro Barceló

Sueño


El otro lado. Allí donde el tiempo no transcurre, donde las preocupaciones desaparecen, es aquel lugar al cual los problemas del mundo real no pueden llegar, creando un mundo mágico, casi perfecto.

Se alcanza el punto máximo de relajación. Se alcanza la profundidad. La sensación de caer en un pozo o estar en la nube más alta, que nada ni nadie puede alcanzar.

Y entonces es cuando todo se precipita. Hay tensión. Puede que todo termine. En este momento se pueden conectar los dos planos; o no.

Por eso este lugar es frágil. La cabeza, los ojos, la nariz, el cuerpo, se encuentran inestables, pendiendo de aislantes que cuando sienten hasta el más insignificante cambio o movimiento deshacen (desarman) la cabeza, esfumando y terminando con el sueño.


Patricio Álvarez (Sueño, Salvador Dalí, 1937

Como de costumbre




Como de costumbre , Ana Maria contempló aquella hermosa mañana el mar desde la ventana de su cuarto. Pero ésta vez había algo extraño en ella o en el mar.

Ana Maria quedó en la ventana del mar derramando miradas y tiempo. Ella no tiene prisa , tiene tiempo , hermoso tiempo que se le pierde en ese azul cielo.

No sabemos lo que piensa , ni con quien ella habla.

Su Mirada da un aire de tranquilidad , de calma , siempre parece que esta a punto de decir o hacer algo , pero no , ella sólo se queda callada contemplando su hermoso mar , como lo hace todas las mañanas . Pero esta mañana tiene otra mirada.

Ana Maria se descalzó y se paró en el borde de la ventana , abrió sus brazos y se dejó caer hacia el mar que con un fuerte abrazo la recibio.

Como todas las mañanas , me encontraba parada en la parte más alta de mi velero contemplando el hermoso mar que esa mañana estaba extraño. A unos doscientos metros podia ver una ventana con una mujer. Yo no la conocía y decidí llamarla igual que yo: Ana maría, Esta se encontraba todas las mañanas de todos los dias allí , en esa ventaba. Pero esa mañana la observé fija y detalladamente lo más que pude. Me acerqué con mi bote unos cien metros para poder observarla mejor , pero no , no era suficiente , quería ir hacia ella , me acerqué lo más que pude hasta que me paré justo debajo de ella. Le grité que me espere ,que no se vaya. Salté de mi velero y nade hacia la orilla lo más rápido que pude. Corrí hacia la casa en la que aquella ventana se encontraba , entre a todas las habitaciones posibles , hasta que la encontré ,allí estaba ella , hermosa como siempre . En ese instante me pregunté donde estaba aquella chica que me había llamado la atención en un momento . pero no le dí importancia pensaba quedarme allí toda la mañana.
Ulises Guyot

Descabellado pero cierto

Mi historia no es convencional, claro que no. Quizás sea por el hecho de que no soy una persona común y corriente, soy un rey. Un rey con poderes mágicos, que tiene el don (o más bien la desgracia) de poder viajar en el tiempo.

Honrado, justo, terco y soberbio. Así solían describirme las personas que habitaban en mi reino. Ellos afirmaban que mis ojos eran de un color azul casi transparente, tal como era el agua que podía encontrarse en cada una de nuestras lagunas. Solían hacer bromas acerca de mi boca, mofándose de lo grande que era. Pero, cualquier rastro de esas risas, desaparecía de sus rostros al escuchar mi risa, que era estridente y algo macabra.

Siendo el rey de América, mi principal objetivo era erradicar la pobreza que arrasaba con este lugar. Realmente quería conocer, quería aprender. Realmente quería ser el mejor.

Estaba acompañado por mi fiel secretaria. No dudaba de ella, le confiaba ciegamente todos mis planes y secretos. En ella pude encontrar a mi mano derecha, a una gran amiga y consejera de guerra.

Todo parecía marchar a la perfección. Poco a poco la libertad individual de todos los habitantes de América iba apareciendo. Los ejércitos luchaban por conseguirlo, y los estaban haciendo correctamente.

Pero nada puede ser completamente perfecto y, lo perfecto, no puede durar demasiado tiempo. Mi problema apareció al enterarme que mi hermana menor, también había heredado poderes mágicos. Todos en la familia pensaban que esto no sucedería, ya que solamente uno de los hijos (y generalmente el varón) es el que los hereda.

Realmente esto no me sorprendió, ni siquiera un poco. Desde siempre ella había demostrado una gran predisposición hacia las artes mágicas, en especial hacia la magia oscura. Nuestro objetivo era el mismo, pero ella pensaba llevarlo a cabo de otra forma. Ella quería arrasar con todo lo que encontrara a su paso, sin tener en cuenta que estaba bien y que estaba mal. Sin mirar, sin pensar. Ella solo quería arrasar.

La competencia era inminente, y la victoria significaba la obtención de un tesoro muy codiciado. El definitivo control de la corona, y todo lo que ella englobaba. Sabiduría y poderes ilimitados, más de lo que cualquier otra persona podría pedir.

Yo no conocía exactamente de que formas estarían representados estos grandes tesoros. Imaginaba cosas extraordinarias. Objetos inimaginables para cualquier ser humano común.

Como estaba previsto en mi mente, el enfrentamiento llegó rápidamente. Las tropas que había formado mi hermana se enfrentaron con las mías. Mi secretaria, quien siempre luchaba a mi lado, se llevó la peor parte. Una gitana vidente, llamada Claudia Serrucho, contratada por mi cruel hermana, la convirtió en rata de campo utilizando sus poderes mágicos. Si bien me produjo un gran tristeza saber esto, en parte estoy agradecido.

¿Quién pensaría que la sabiduría eterna y los poderes ilimitados estarían escondidos en el cuerpo de un pato? ¿Quién iba a imaginarse que la guerra desatada era a causa de la posesión de un pato? Descabellado, pero cierto.

Mi fiel secretaria entregó su cualidad humana salvando a Otto, el pato, de una muerte segura.

Una vez terminada la pelea me acerqué a contemplar al peculiar pato. Él se encontraba allí, quizás sin entender aún que es lo que había ocurrido. Sin comprender muchas personas habían muerto, que grandes familias habían reducido notablemente su número y que gran parte del reino había quedado hecho trizas.

Con paso lento y acompasado me dirigí hacia Otto. A pesar de todos los problemas surgidos, habíamos conseguido nuestro objetivo. Utilizando todas las cualidades que albergaba ese pato, la pobreza de América (y quizás del mundo) sería completamente erradicada.

Al poner mi mano en contacto con su espeso plumaje sentí algo que no esperaba. Un gran estallido se produjo y una sensación extraña invadió mi cuerpo. Cerré los ojos instantáneamente, pero sabiendo que eso no modificaría en nada lo que ocurriría.

Al abrir mis ojos, me encontré en medio de un cruce peatonal.

Hoy por hoy, y viviendo en otro tiempo, pude sacar algunas conclusiones y teorías.

Lo que el pato Otto asigna es un peculiar don. Permite, a quien lo toca, viajar en el tiempo. La desgracia es que este viaje no es premeditado, se llega al destino elegido por Otto.

Al ver el continente americano actualmente, también puedo percibir que mi objetivo nunca fue cumplido realmente. Que lo que el pato hace es revertir los hechos, alterar completamente las situaciones del pasado y ocasionar graves consecuencias en el futuro.

Espero, algún día volver a mi tiempo. Quiero decidirme por no luchar, y saber si mis teorías acerca de Otto son ciertas.


Adriana Salón.

Brazos ágiles

Brazos ágiles, vivaces, cabezas girando ,mirando, ojos sensibles puestos sobre tu mente.

La música de fondo parece tan lejana.

Son cuerpos , cuerpos en movimiento , cuerpos expresivos que transmiten un sinfín de emociones.

No te cansas de verlos, no te cansas. Hacen el mismo giro una y otra pero siempre parece ser la primera vez.

De repente esas caras, esos rostros y esos ojos desaparecen tras un largo manto de oscuridad. Buscas ,atento para no perderte ni un segundo, alerta para esperar lo inesperable.

Vuelven a aparecer, te vuelven a enamorar , la euforia del final se siente en cada chispazo de las palmas con las palmas.

Luciana Lutteral

El triunfo de la muerte


Una inmensa nube oscura de color rojo pardo, una nube enceguecedora que lo que provoca al verla es solo lágrimas y al sentirla dolor en el alma. Es en esa nube donde se refugian los resentimientos, los rencores, el dolor, la traición, las malas influencias, los males… El sufrimiento acecha el intento de supervivencia convirtiéndolas en fracaso y en un dolor más profundo. El que dirige la carroza la maneja a rastras de un caballo mal herido, que es como un león hambriento en busca de cuerpos humanos para destrozarlos.

Estos se encuentran rodeados de unos malditos cuervos esperando que la muerte les llegue a los pocos seres que quedaron con vida. El comandante lleva en su carroza junto a su acompañante, miles de cabezas humanas merecedoras de dolor que sufren.

Esa carroza va recorriendo el “pueblo” para asegurarse que ya no exista ningún ser con vida.

Se puede notar a las personas sufriendo, con miedo, en busca de refugio, escondiéndose de los ojos del mal. Aunque también hay quienes se mueren por ingresar en esa carroza maldita dirigida por la muerte. Un hombre se arrastra para que al ser visto sea introducido en ella.

Los pocos habitantes que todavía sobreviven saben que el mundo ya nunca será como antes, si hubieran cambiado cuando se podía, esto no existiría.


Estrella Gómez.

lunes, 14 de junio de 2010

La víbora y el cuervo


El Basilisco, criatura mitológica. Con un grosor de 2 metros y de 15 metros de largo. Unas escamas verdes como un pizarrón cuando anochece. Y unos cuernos pequeños en la cabeza, pero lo que más intimidan son sus dientes, cada uno con 15 centímetros de largo. Sin embargo su arma mortífera no es esa. Su mirada. Su mirada hosca y sus ojos penetrantes, sus ojos verdes que nunca deberías mirar. Esos ojos te podrían matar, sus ojos, esos ojos tan maravillosos son los ojos mas temidos en el mundo, ya que con solo mirar directamente a sus ojos mueres.

En la otra punta el Fénix, una criatura hermosa, digna de reyes, con un plumaje exquisito que varia del rojo al amarillo, pasando por todas las gamas de ambos colores. Un pico largo y un sinfín de poderes, algunos aun desconocidos. Sin embargo, el mejor arma del Fénix es su canto, letal para las personas con remordimientos o pensamientos malvados y maravillosa para la gente de bien, que se llena de coraje y valentía al escuchar su voz.

La serpiente se alzó, hasta tocar el techo del recinto. Sus afilados colmillos rasgaron la carne del ave, que sintió como su ala se desprendía de su cuerpo. El Fénix, se cayó al piso, al no poder volar y corrió entre las tuberías, desesperada por su vida. Logro encontrar un lugar donde el basilisco no lo pudiera alcanzar, y lloró, lloró del dolor y de la desesperación por encontrar un rival más fuerte que él. También lloró porque sabía que iba a morir. Veneno de Basilisco, te mata en tan solo segundos. Sin embargo, el dolor se iba, todo se aclaraba de hecho se sentia mejor, miró el lugar donde hasta hace momentos asomaban solo huesos y descubrió a su ala, la que siempre había tenido, o una nueva quizás, quién sabe. Criaturas maravillosas los Fénix, con tan solo una lágrima sobre una herida, podía erradicar todos los males y curar las heridas más severas.


Con energías renovadas, tomó vuelo para volver a atacar a su nuevo enemigo, la enorme víbora, quien apenas vio el reflejo de sus enormes alas color fuego se levantó y dando un salto admirable para tratarse de un Basilisco, pegó un mordisco a donde tan solo hace instantes había estado el Fénix. Aprovechando su error, el ave se lanzó en busca de los ojos del Basilisco, su punto débil. La serpiente aulló desesperada ya que el ave le arranco los ojos, montones de sangre formaban charcos en el suelo. Fue allí cuando se equivocó el Fénix, que se quedo suspendido en el aire sin conocer el gran olfato del Basilisco, quien atacó con sus últimas fuerzas al ave. Fue un mordisco limpio, y se comió entero al pájaro. y del pobre Fénix solo quedaron unas pocas plumas, que, al morir el ave, se convirtieron en cenizas.

Y así, sin rivales en el camino, la leyenda al fin podría concretarse.

Fernando Ibarra

Atada


Atada.
Atada a tí, atada a esta mesa, a esta vida.
Atada a la libertad, que quedó encerrada conmigo en este aposento.
Y aquí estoy, sobre una mesa.
En esta porción de madera rígida y fría, con los ojos tapados y la ropa sucia y rasgada.
No veo la luz hace dias, semanas, quizás meses.
No lo sé, ni lo sabré.
Porque nunca saldré de aquí, porque mi libertad está muriendo conmigo.
Muriendo en estas cuatro paredes y sobre esta mesa sucia y vieja.
Mis alas ya no vuelan, mi cuerpo ya no funciona y mi cabello luce mal.
¿A quién le importa?
Si soy tan solo tu esclava.
Esa esclava a la cual usas por ratos, esa esclava que es tuya cuando te conviene.
Siento frío, y lo único que veo es un reflejo en el techo.
Lo único que siento es el calor y olor de la vela que está cercana a mis manos.
Pero no la puedo tocar, porque mis manos no son libres, porque yo no soy libre.
Y nunca lo seré.
Camila Maglio

sábado, 12 de junio de 2010

Cuento flashero

Mi vida, mi aburrida vida. Todos los días lo mismo. yo no ayudaba mucho a cambiar mi vida rutinaria y sin nada emocionante, ya que yo era una persona simple. Siempre fui así, porque siempre , desde chiquito, me dijeron que fuera así.
Pero en el momento de cumplir mis 17 años y volverme un chico alto, vigoroso con mi propio poder interior real, me di cuenta que mi infancia había sido el horror más grande de mi vida por la espeluznante razón de que era millonario ( la verdad, pocas personas entienden esto, pero es que iba a escuela pública y veía a mis compañeros comiendo un sanguche de salame y volviendo solos de la escuela mientras yo comía un platillo exquisito y volviendo en diversos vehículos cada día de la semana. Al ver que yo era tan diferente y que mis padres me prestaban tanta atención como a un pepino, decidí resignarme a un estancamiento social y emocional).

Luego de meditar durante dos meses supe qué debía hacer para sentirme mejor conmigo mismo y vengarme por el sufrimiento de mi pasado, entonces tomé la decisión de fundar la fábrica "santa calaus", la fábrica de bananas más importante y linda del país, para poder cumplir mi cometido de ayudar a todos los pobres a comer deliciosas bananas, que son mucho muy superiores y más sanas que los sanguches de salame.

Luego de tres segundos me di cuenta que tenía un conflicto bastante grande: además de que la cantidad de pobres en el mundo es inmensa se suma mi hermana, que tiene el mismo ideal que yo, y como él es muy egoísta no quiere ayudarme, o sea que no me ayuda ni aunque se lo suplique de rodillas.
En ese momento inicio la competencia por el liderazgo de la entrega de bananas fabricadas con la receta secreta de mi familia la cual consistía es ****************** y ************ cosido a ********** grados durante ********** minutos. Pero luego de varios intentos, mi copiona hermana poco original fue la primer distribuidora de bananas pre-fabricadas del universo, eso representó la desolación y la rotunda derrota para mí lo que me causó la necesidad de exiliarme en el extranjero (valga la redundancia). Cuando me exilié no pensé bien a dónde ir, así que me fui a Tallin, la capital de Estonia, el mejor país del mundo, en ese lugar conocí mucha gente desagradable pero me enamoré del lugar, ese hábitat tenía un no sé qué con una pisca de aroma a pollo que me decía "quédate aquí o te mato". Luego de las múltiples amenazas que recibí de mi propio sub-consiente fan de los pollos me establecí en un pequeño pueblito donde solo éramos 60 personas, 40 me odiaban y 10 eran recién nacidos, pero quedaban otras 9 personas que no me odiaban pero no me querían mucho.

Yendo a pasear por las extensas praderas me tropecé, lo cual me llamó la atención porque siendo un hombre bastante cuidadoso y de buen equilibrio me caí rodando por una colina de nieve barro y objetos varios que realmente no tengo idea de donde hallan salido. En ese instante cuando mi cerebro amante del pollo dudaba si reaccionar de una manera como levantarme y seguir vivo o quedarme tirado y morir al lado de un tambor y un rodillo color frambuesa, fue ahí cuando el apareció, mi alma gemela, un hombre que mediantes extraños métodos, me hizo sentir bien conmigo mismo, me cargó en sus fuertes brazos y cabalgamos sin caballo hasta el atardecer, solo para darnos cuenta que el amor gay es mal visto en Estonia y en todo el continente. Colorín colorado este cuento a finalizado de una manera flashera y repulsiva para cualquier lector inteligente e interesado en textos de alto valor informativo, lingüístico, melódico, metódico, o que esté en busca de buenas recetas de comida extravagante. FIN(=^.^=)
Tomás Tieri

viernes, 11 de junio de 2010

Vida en el Amazonas


Todo empezó allí, en la selva amazónica, cuando el recién iniciaba su expedición.

La vida en la selva no se hacia nada fácil, ya que el clima para un tipo de ciudad no era normal... Mucha humedad y calor y por la noche frío escalofriante.

Una mañana, cuando el rocío recién paraba de caer salio de su carpa para investigar, cuando los arbustos se empezaron a mover, sigilosamente se acerco y pudo ver a una persona muy chiquita, con estatura normal para un chico de 12 años.

La reacción del niño no fue agradable ya que lo apunto con una flecha muy filosa. El hombre al ver esto, alzo sus brazos e hizo un gesto manifestando tranquilidad. El niño que lo apuntaba comprendió el gesto y se dio cuenta que el hombre solo venia a investigar su tierra y que no quería dañarlo; entonces lo llevo con su tribu. Al llegar al lugar el hombre abrió los ojos impresionado y para si mismo pensó ¨como pueden vivir con tanta pobreza¨. Las casas eran de paja y los jarros de cerámica donde los calentaban en una fogata. El niño lo presentó, pero los adultos lo observaron con cierta desconfianza.

Al pasar los días el muchacho, más conocido como awaki le enseño algunas de sus costumbres, le indicaba que estaba bien y que estaba mal, como cazar un animal y su lengua.

Luego de un tiempo el hombre, había aprendido mucho de los jíbaros y muchas de sus costumbres. El explorador también le contaba como vivían en su pueblo y cuales eran sus costumbres.

Cierto día el hombre que ya sabia algo de su idioma jibaro, les dijo que a su entender, ellos vivían en condiciones de mucha pobreza y que quería obsequiarles cosas materiales, pero los jibaros al escuchar esto le respondieron que ellos con tan pocas cosas eran felices y que lo material no hacia a la felicidad sino amar a la naturaleza y vivir con lo que uno tenia.

Florencia Alujas

Un captaire a París




Y perfumes se huelen por doquier en esta ciudad, pero no en este rincón, donde se encuentra el vagabundo.
El día está nublado, no llueve pero es gris, y el vagabundo camina, lento pero sin parar, buscando algo, alguien que lo ayude, buscando una solución, pero no la encuentra.
Los años sin pelo siquiera lo dejaron, la espalda encorvada y la cabeza al frente, junto con su gorro.
Camina solo, mientras mira adelante, la gente no pasa, pero él camina igual, mientras huele los perfumes que lo rodean.
Y la gente es indiferente con él, pero no puede hacer nada contra eso, no hay una solución contra eso, más allá que esperar la solución que nunca llegará.

Martín Techlowiek (Un captaire a París, Isidre Nonell 1897)

Juego literario

La principal frustración de su vida fue ser manco: un superhéroe, jugador de futbol y arquitecto no puede ser manco, pero bueno, fue lo que le tocó.

Batman era pelirrojo y alto, tenía excesivas pecas, ojos verdes y pies grandes, además de que de su cara resaltaban sus orejas y su nariz. Era un ser tímido y oloroso, ya que no le gustaba mucho bañarse, pero aun así era una buena persona.
A la edad de 16 años se le ocurrió la idea de que seguir con la tradición familiar de salvar gente no era lo suyo, lo suyo era jugar al futbol, sobre todo de arquero, pero aquí entra en juego su tan espelúznate frustración: no tenía manos. Todas esas cosas que cuando era chico todos podían hacer (jugar a las cartas, con videojuegos, al choco-choco-la-la…), para él resultaban ser una tortura.

Así fue como, después de pensar arduamente en su futuro de deportista, llego a la conclusión de que tampoco era lo suyo, así que se inclino por otra carrera, la de Arquitecto…
A todo esto, la Corte Suprema de Justicia, su hogar, se negaba a aceptar que Batman no fuera mas Batman, era una injusticia, era una tragedia para la ciudad, pero a él no le importaba, el solo quería proyectar sus ideas de edificios en un plano con la ayuda de su Chipote Chillón, su compañero de vida y con el cual paso grandes momentos justicieros. Pero no podría seguir así, el Chipote debería ser guardado en el armario para siempre, porque él no iba a ser justicia, ¡él iba a hacer dibujitos de ventanas!

Su familia, en medio de toda esta situación, no sabia que hacer: Batman tenia decidido no ser mas Batman, ahora iba a ser Juan Carlos Arquitecto y no había nada que pudieran hacer contra eso, además, él quería mantener a su familia, y “trabajar” de Batman no traía remuneración alguna.

Toda esta situación fue un gran dilema, hasta que conoció a un joven, un joven famoso por retratar su vida en una película, un joven manos de tijera quien contaba con los mismos problemas de extremidades que él, con el cual, a partir de ese momento, logró pasar grandes momentos en su vida, con el cual se divertía e iba a todos lados pero, obviamente, nunca agarrados de las manos.

Martín Techlowieck

Los amantes de Verona


Fue el último. Aquel que llevo grabado en la piel y en cada uno de mis sentidos.

Mis ojos cerrados, seguramente los suyos también. Nuestros cuerpos unidos, como si fueran uno. Una de sus piernas rozando suavemente la blanca tela que recubre las mías.

Mis manos aferradas a su cuello, y despeinándole suavemente el cabello; las suyas debatiéndose en una lucha interna, terminar el cálido abrazo que anhela forjarse o escapar por el balcón de mi habitación, a la fría y solitaria noche, que es el resguardo perfecto para un hombre que buscar huir sin ser visto.

Mis sentidos no bajan la guardia, se encuentran en alerta de cualquier ruido o movimiento extraño que pueda significar la presencia de alguien más, un tercero que pueda arruinar la magia del momento y desatar la discordia entre las familias.

Sensaciones efímeras, pero apasionadas. Caricias suaves y cálidas. Besos que comienzan siendo cortos, pero no pueden evitar prologarse. Encuentros no planeados.

Un padecimiento que debemos sufrir. Aquella pasión que, por el odio de nuestras familias, debemos esconder.

Simplemente compleja, así es la vida de nosotros, los amantes de Verona.



Adriana Salón

El puente Ohashi bajo la lluvia







Hace tres días que no para de caer agua. Las damas ricas demuestran lo fácil que es convertir una simple lluvia en un terrible fin del mundo. Los curas buscan encontrar el motivo por el que el todopoderoso dios los atormenta así. Los caballeros finos intentan acallar su miedo con quejas hacia el sistema de cloacas.

Hiroshige mira el puente, tiene que cruzarlo antes de que el barco se vaya. Desde que tenía doce años trabaja en la carga de mercadería del muelle. No le importa el fin del mundo, ni las cloacas y muchísimo menos dios. Esos temas se charlan con la panza llena. Y él esta vacío. ¿Por qué no les gusta la lluvia a los demás? Si enfría la sangre. Calma la cabeza, y curte los huesos. Tienen tan pocas preocupaciones. Viven en su burbuja de miedo y terror. ¿Quién quisiera vivir así?

Hiroshige está bien como está. Sí, siente hambre. Pero si no es con sensaciones de dolor ¿cómo nos daríamos cuenta que estamos vivos? Si no es una puntada aguda la que nos retuerce el estomágo o el corazón, ¿Cómo saber que todo no es una mera ilusión?

El dolor es diferente para cada uno de los seres. El cerebro no da una porción mayor de sufrimiento si sabe que no lo soportara el cuerpo. Es todo un mecanismo creado para sentir la realidad. Como la lluvia, la lluvia cae de a pocos trozos de realidad. Si no lloviera, ¿cuánto más secos podrían ser los desiertos? ¿Cuántos camellos desaparecerían? Si no lloviera ¿cuantos renacuajos morirían? ¿Cuántos animales perecerían? Las plantas, el oxígeno. La lluvia es un motor para que las damas ricas, los curas y los caballeros finos puedan seguir existiendo, y claro, también para que el pequeño grupo de Hiroshiges vivan. ¿Cómo sabrían sino que son ricos los ricos? Si no tuvieran la vista caída, los pies descalzos de hiroshige, su sudor cayendo para ellos ¿Cómo sabrían que son mejores?
Pero aunque tengan la vista caída, los pies descalzos y el sudor de Hiroshige, nunca sabrán si son mejores a él.



Natacha Mansilla

miércoles, 9 de junio de 2010

Las Hadas y el Dragón




Queridas Hadas, diminutas bellezas,
¿Cuál es la razón de su naturaleza?
Sus cuerpos brillan cual millones de estrellas
y el batir de sus delicadas alas, a cualquiera embelesa.

Queridas Hadas, dulce compañía
¿Cuál es la razón de su sorpresiva visita?
¿Acaso intentan decirme algo?
¿O solo me encontraron muy solitario?

Interesante es saber cuánto las quiero
Increible es saber cuánto las anhelo.
Desearía tenerlas aquí en cada instante del día,
Jamás quiero ver llegar una despedida...

Las Hadas son mi deseo, mi triste obsesión...
A poco me entero que no existen,
Son solo un reflejo de mi imaginación
Un Hermoso iventario, infinitos trazos de color

Ahora mismo soy nada, nadie soy en realidad
Las Hadas ya no están, núnca me abandonaron
porque jamás existieron en verdad...
Ya no me iluminan, no se donde estoy

Tantas cosas que no entiendo,
Queda aún tanto por saber...
Todo lo que encontre fue un espejo,
Y una bestia enorme acercandose a él.

Esa bestia era yo, tan pesada, tan majestuosa
Un Dragón, un sueño, una irónica fantasía...
Al igual que las Hadas, no existo ¡Qué dulce agonía!
Soy una creatura, el circulo de la vida..
Sucesion infinita, manos de artista, una simple Utopía...
O al menos eso creo YO...

Lucía Francia (Dibujo de Ciruelo)

El beso


Aquel día hasta las estrellas me felicitaron, realmente me había portado bien. No fue merito de el, no fue merito de ella, fue merito puramente mío. Ellos lo habían soñado incontables veces, nunca lo imaginaron tan perfecto. Yo logré la perfección. Si no era por mi presencia, no hubiese habido espectadores como testigos ya que nadie hubiera salido de sus casas, las flores no hubiesen brillado, aquel sándwich no hubiese tenido el mismo sabor, las lagrimas de emoción en sus ojos se hubiesen sentido intimidadas y ellos ni siquiera hubiesen decidido verse y, así, el mejor momento de sus vidas, el principio de una eternidad, se hubiese postergado y esa eternidad acortado. Pueden decir lo que quieran de este Sol arrogante pero si no hubiese sido por mi, ese beso no ocurría.

El Beso. Gustav Klimt
Gotta.

Imagen

Fue una fotografía, me senté y congele esa imagen. Inmediatamente una canción de los 80’s me vino a la cabeza para musicalizar mi visión. Lo mas llamativo fue la gran cantidad de empalagoso cariño entre los personajes. Muchos adolescentes abrazándose, besándose y hasta algunos sentados en pila. No logro entender porque no se van si Tere dejo la puerta abierta. ¡Que extraño! Siempre que yo quiero entrar me hace como mínimo tres preguntas o me pide una orden de allanamiento. La escarapela la debe volver permisiva. Su escarapela combina con nuestra bandera herida a 20 metros de distancia al suelo allá en el mástil. Puedo diferenciar el interior del exterior gracias a los colores tristes, fríos y apagados que me rodean mientras que el exterior, en cambio, es calido y libre.

Gotta.

La isla Victoria

Ya habia viajado en ese barco unas dos horas , esperaba llegar allí para encontrarme con la isla que tanto deseaba conocer.Baje de la enbarcación , y mis ojos vieron ese paisaje que nunca olvidare.El frio y la niebla de esa tarde convertian a la isla en un sitio increible.Las gaviotas nos dieron la bienvenida.
Los grandes árboles , el inmenso y frondoso bosque , el silencio , la tranquilad , la vista que uno tenia de las montañas nevadas , el azul cristalino del agua , las antiguas pinturas rupestres , que a su vez reposaban sobre esas desgarradas paredes , el gran vivero con sus gigantes arboles , la solitaria confiteria a orillas del lago , y ese placer de sentir que me encontraba en un sitio encantado.Convertian a la isla en un lugar increible.

Boris hernández bruno

Delirio

El señor Carlos es una mala persona, grosero –no tiene buenos modales-. Trabaja en su oficina y juega al golf.

Es alto, peludo y no tiene pelo. Calza 52 y tiene un tatuaje de Scooby Doo.

La casa le quedó sola y ya son más de las siete. El sol está bajando y él necesita encontrar un lugar a salvo de la oscuridad.

Su problema es el no tener plata para el bondi y así poder ir a entrenar. Su otro problema es el no ir a la escuela, pero eso es por vaguedad.

Un día, consigue un perro que tire las cartas y aprenda a usar un Joystick.

Todo transcurre en diferentes lugares de México.

Sabrina López

En el Colegio Nacional

Sentada en un piso duro, gris y frío, miro a través de una reja grande, negra y sucia a los estudiantes, profesores y auxiliares a la luz de este sol otoñal, caluroso y muy naranja. En el cielo infinito, celeste y clarito no hay nubes blancas, redondas ni esponjosas.

Hay dos árboles altos verdes y antiguos. Veo a Goro, a Joaco y a Dalmiro.

En el Colegio Nacional, amarillo y blanco, soy una chica pensante, madura pero irascible.

Sabrina López 07-06-2010

Viaje de ida


Las cortinas no son nuevas, la ventana tampoco, el cuarto tampoco, mi vestido tampoco, yo tampoco. No considero nada de las cosas que están en esta habitación fundamentales para la cotidianeidad en la vida de cualquier persona.

Sin embargo, hoy me siento especial. Me gusta mi pelo y me gusta mi piel, me gusta lo que veo e imaginar lo que no; y hay algo muy importante que en este momento veo pero no veo. En ese barco, en ese velero está embarcada la porción más importante de mi vida, quien le da sentido a la misma y sin quien no podría vivir.

Lamentablemente no puedo quedarme mucho tiempo a mirar como se aleja el velero, porque tengo que volver a mi rutina. Soy enfermera, por eso llevo puesto estoy colores en mi vestido, por eso mi peinado no tiene nada de raro y por eso estoy sola: porque el momento que me dieron para almorzar lo estoy invirtiendo en esto. Algo que no me sirve, no me alienta, no me hace sentir mejor pero es la realidad.

Mi comprometido, que hoy tuvo el hermoso gesto de interrumpir mi jornada con un ramo enorme de rosas rojas y me pidió casamiento, ahora se está alejando para visitar a su padre enfermo.

Y no sé cuando lo voy a volver a ver… y me parece infinito el tiempo que voy a tener que esperar, aunque no sea tanto; simplemente una visita de cortesía y cariño de su parte.

Voy a extrañarte mucho, mi amor. Voy a extrañarte en mis brazos, en nuestra casa, en nuestra cama. Pero un día, cuando esté mirando por la ventana el río que después se convierte en mar abierto, voy a ver tu velero y mi corazón volverá a estar bien.

Sabrina López (Cuadro de Salvador Dalí)

martes, 8 de junio de 2010

Autoretrato de Florencia Alujas




Me llamo Florencia. No cambiaria mi vida, nada de nada… soy feliz, pero tengo mis problemas como todos. Siempre trato de mirar el vaso medio lleno, aunque aveces se me hace difícil.

Intento contagiar mi alegría (cuando la tengo) e intento ayudar a los demás y escucharlos.

Soy celosa, insegura, muy caprichosa y tengo cosas malas como todos. Soy extremadamente posesiva, llegado el punto en que ahogo y sobre todo con las personas que quiero mucho (aunque creo que lo estoy superando).

Trato de ser una buena persona; pero no me gusta ayudar y cuando yo necesito ayuda nunca hay nadie (eso pasa casi siempre). No soy de contar mucho mis problemas (los que me hacen mal realmente, no las pavadas), soy de guardarme todo hasta que exploto y intento mostrarme siempre fuerte y feliz (hasta cuando no lo estoy).

Soy muy sensible y lloro mucho (muchas veces de felicidad o emoción)… la verdad me gusta llorar con películas de amor… jajaja, que deprimencia.

Soy muy mal criada y no me gustan los NO como respuesta (no los tengo casi nunca igual)

No tengo mucho carácter, por lo que me dejo pasar mucho por encima (trato que eso no pase).

Me pasaron muchas cosas buenas, pero creo que lo mejor fue haber conocido el amor, eso me cambio completamente (para bien… o eso pienso yo).

Me gusta cantar y pienso que a través de la música puedo decir todo, absolutamente todo y lo que no puedo decir también .

Esto es un breve resumen y básicamente de quien soy yo :)

El jardín


Él conocía ese paisaje, creía haber caminado por esos jardines floreados , creía haber sentido grandes sensaciones en ese jardín, creía haber sentido lo que era el amor en ese jardín . Ese era su jardín, el jardín en el cual la había visto a ella por primera vez , el jardín en el que la había besado por primera vez , el jardín en donde se había enamorado de ella por primera vez.

Seguía igual a como lo había visto la última vez , las grandes y coloridas flores, la bella entrada, los inmensos árboles , la antigua casa que se puede ver desde la entrada , y ese estrecho camino que lo llevaba hasta los brazos de la mujer que él tanto amaba.

Creo que él volvió allí solo para poder verla , para poder sentirla , pero ella ya se había ido hacia mucho tiempo . Y él la extrañaba tanto que se sentó en ese cálido camino a esperar por ella , no tenía planes y tenía todo el tiempo del mundo como para hacerlo , pasaron los días y ella no volvía , y él no se alarmó ni se preocupó , tan solo se quedó esperando a su unido amor , pasaron las noches . Y una tarde un señor se acercó y le pidió que se retirara de su propiedad y él antes de irse , le dijo a este hombre que le diera unos minutos para poder memorizar ese sitio . Él se quedó sentado allí observando y luego de unas horas se levantó y se fue . Pero antes de irse el dueño de esa casa le preguntó por qué se había quedado tanto allí , y él simplemente contestó: -- me quede aquí para poder retratar el único lugar en el que fui feliz.
boris hernández bruno
(Cuadro de Claude Monet. Le jardin)

Las señoritas de Avignon


Quiso creer que nunca terminaría así. Quiso imaginarse a sí misma en cualquier situación, exceptuando ésta. Su ingenio la engañó. Él era más fuerte que sus propios pensamientos. Él la manejaba, él la obligaba. Cerró los ojos intentando concentrarse en otra cosa.

Sentía el frío del cuerpo de su compañera, como si estuvieran realmente entrelazándose unas con las otras. Aunque lo cierto, es que así se encontraban. Todo por el sueño de ese hombre. Su amante. El dueño de su corazón.

Rozó temblorosamente la espalda de la chica de al lado, sintiendo como ésta se estremecía ante el inesperado contacto de su mano.

Sin embargo, las otras extendían sus brazos y piernas queriendo mostrar cada recóndito lugar de su cuerpo. Y claro, pues ellas no tenían ese pudor que la caracterizaba. Ellas no tenían problema de flexionarse, mostrarse, de dejar sus pequeños pechos a la vista.

Él observaba, y se divertía. Así era como él se divertía. Observándolas modelar, posar y hasta gemir desnudas. Esto último, ella nunca se había animado a realizar. Por eso mismo, cree que él se olvidó de ella.

La mujer morena, la que siempre se mostraba sin pudor alguno fue su elegida. Pues claro, a él le gustaba eso. Lo atrevido, lo promiscuo.

Su sonrisa se borró, y se quedó ahí, inmóvil frente a él. Frente a ese hombre que le estaba destrozando el corazón. Cerró los ojos, y así se quedó.


Carolina Lesca.
(Cuadro de Picasso. Las señoritas de Avignon)

Un amor más allá de los monstruos

Doble faz. Así solía llamarlo ella después de haberlo conocido. Doble faz, por tener doble personalidad. Era un gen, un maldito gen que tenía dentro de él. De día era un apuesto hombre, alto, con cabellos rubios, cortos y revueltos, con nariz respingada y cachetes colorados; pero de noche, esas noches en las que la lluvia y el frío se mezclaban; se convertía en una persona totalmente diferente, con ansias de comer… carne humana.

La confusión interna que siente cuando su mente y cuerpo se transforma a esa otra cosa, a esa monstruosidad, lo tiene devastado. Las reservas de atún, puesto que es este pescado el único que logra tenerlo más o menos cuerdo gracias a la vitamina H, se fueron agotando dentro de la ciudad de Manhattan por su culpa. Hace ya 29 años que viene abasteciéndose con raciones de atún, y ya ni atunes quedan en los puertos.

Todo cambió claro, cuando la conoció a ella. Tan bella, tan hermosa. Fue en una de sus noches oscuras y lluviosas en la que acechaba a una víctima con el fin de saciar su hambre. La vio a ella, tan reluciente, tan empapada y tan asustada. La presencia de él la había atormentado y sus ojos brillaban rogándole que nada le hiciera. Él sintió como su cuerpo se ablandaba, y se transformaba nuevamente.

Era él. Él, el hombre apuesto que sólo se dejaba ver en los días.

Y ella también sintió la conexión. Algo, algo indescriptible los unió. Ese algo que le hizo olvidar a él todo lo que era, sus miedos y temores. Ese algo que le hizo olvidar a ella, que minutos antes, él había querido devorarla.

Esa noche, jurándose amor, ella le pidió que dejara de comer gente.

El juramento, fue cumplido.

Carolina Lesca

Viajes intinerantes al espacio estelar.



Y asi fue como terminò Filomena Rojizas, al darse cuenta que hay algunas verdades que no se deben buscar.
Filomena, una simple estudiante de la universidad de Buenos Aires, buscò durante semanas agotadoras, a su hermano desaparecido, hacìa ya cuatro semanas. Filomena astuta, pero sentimental, se largo en la arriesgadisima tarea de hacer justicia con sus manos propias.
Su hermano Aldorino Rojizas secuestrado por un centar de hermitanios o aliens, fue un podigioso y exaustivo estudioso de la vida extraterrestre.
Un dia en los aventurados viajes de Aldorino, provocados por estupefacientes, de los mas extravagantes y variados vio llegar su destino por una incontable cantidad de seres violaseos, de partas cortas, narices anchas y ojos injectados de liquido verde.
Fue esa noche luego de realizar todos los pasos dictaminados por un libro de un autor frances denominado: "Lavaite lasmamporras".
Filomena buscò desesperada por ese tan desordenado y mal oliente cuarto y fue justo en ese instante cuando dirijio su mirada a hacia un baúl de un tamaño indefinido, de un material amarronado, con grandes broches y candados. Adentro de el se encontraba un libro de color azul al nombre de "Los viajes al intinerante espacio desconocido". En un principio no le pudo prestar mucha atencion al ver adentro del baúl una inmensa cantidad de "productos" químicos y unas hojas enumeradas al nombre de "Manual de eruditos inconsistentes". Fue así con el manual que ,Filomena logró leer el libro. En una cierta pagína el libro nombraba algo de un portal a una ciudad clandestina posiblemente en la segunda luna de marte y para lograr abrir tal portal dictaminaba unos pasos. Filomena no dudo un segundo en realizarlos. Luego de colocar en un cuarto oscuro e inamoblado, ralldura de hueso, víceras de alce, pelos de oso y por sobre todo kilos y kilos de estiercol concretò su objetivo de abrir el portal hacia Kratilino cierta ciudad clandestina.
Al ingresar a ese estrepitoso e indescriptible mundo, Filomena vio catarsicamente a su hermano Aldorino, el cúal estaba envuelto en la gracia de que le masticaran el cerebro, y en un paso mal enfocado Filomena desperdició su hallazgo, y asì generó su desnuque hacia la eternidad.
Aldorino, envuelto en su gracia de masticar cerebros, perdió la oportunidad de ver a su hermana, ya que los posible aliens o Hermitanios, la dejarian en su freezer para alimentarse.
Lucas Botto

martes, 1 de junio de 2010

Dícese de un lugar desordenado

Es un lindo y gran lío. Papeles por acá, papeles por allá. Pequeño, angosto, ancho, alargado, rectangular. Muchas y variadas formas, pero al fin y al cabo, pequeño. Estantes y más estantes, perfumes de su preferencia, maquillaje, colitas, clips para el pelo, y otras cosas más que no dan ganas de contar. Libros, muchos para los poco aficionados; pocos para los aficionados como ella. En inglés, en alemán, en español.

Un escritorio, la infaltable computadora con una impresora de los años 90, muy pasada de moda y ya sin rosca. Un pequeño ramo de flores, un regalito. Haciendo juego con la impresora, un armatoste por televisor. El televisor más grande que su sostén, una mesita con rueditas que debido a la alfombra es imposible arrastrar con facilidad. Debajo de ella, en una caja marrón se esconde el antiguo SEGA familiar. En realidad, robado a su hermano mayor.

Cajas también, muchas cajas. Transparentes, de cartón, de zapatos. Libros de texto, cuadernos, carpetas, hojas cuadriculadas, hojas rayadas. Lápices, lapiceras, marcadores, reglas, plasticolas. Un placard con espejos de puerta, perfecto para una mujer. Mejor no abrir las puertas y evitar su desorden.

Un corcho con fotos; marca registrada propia, y otro regalado por su mejor amiga. Un póster colgado en la pared de su cantante favorito, Ricardo Arjona. Una cama con una colcha que solía ser totalmente salmón, pero por su uso fue perdiendo su color. Un almohadón que para nada combina con la habitación, y robado del cuarto de su mamá. Un peluche gigante con forma de oso, también un “regalito”. Una pelota inflable gigante, ganada en algún juego de esos que hay que embocar pelotas, en el Parque de la Costa. Más peluches, casi todos regalados. Pero todos especiales.

Toda desprolija, exceptuando los días jueves que alguien se encarga de ordenarla y arreglarla; pero ya el viernes vuelve a ser un caos. Sin ganas de hacer la cama cada mañana, y sin ganas de ordenar la carpeta del colegio después de hacer una tarea; dejando su cuarto desordenado y sin cuidado.


Carolina Lesca