jueves, 25 de diciembre de 2008

La invención del lenguaje

Ebrias de lenguaje
como antiguas bacantes
borrachas de palabras
que endulzan o hieren
pronunciamos las palabras amadas
-carne, voluptuosidad, éxtasis
-en lenguas diversas –joie, gioia, happiness
y evocamos el goce y la dulzura
de las antiguas madres
cuando balbucearon
por primera vez
los nombres más queridos

Las madres
que bautizaron los ríos
los árboles las plantas
las estrellas y los vientos

que dijeron ultramar
y lontananza

Las madres que inventaron nombres
para sus hijas y sus hijos

para los animales que domesticaron
y para las enfermedades de los niños
que llamaron cuchara a la cuchara
y agua al líquido de la lluvia
dolor a la punzada de la ausencia
y melancolía a la soledad
Las madres que nombraron fuego
a las llamas
y tormenta a la tempestad

Ellas abrieron sus carnes para parir
sonidos que encadenados formaron palabras
la palabra cadena
y la palabra niebla

la palabra amor
y la palabra olvido

Saben
desde el comienzo
que el lenguaje
es grito de la voz que se hace
pensamiento
pero nace, siempre,
de la emoción
y del sentimiento.

Cristina Peri Rossi, Habitación de hotel, Edit. Plaza&Janés, 2007
(Escritora uruguaya)

lunes, 15 de diciembre de 2008

Infortunio

Parece cuento, pero la historia de esa noche rarísima empezó por un placero insolente de ruedas coloradas. Simplemente, se descarriló. Benjamín no supo como controlarlo, y el resultado fue catastrófico.
Mientras estaba tirado en el piso, herido de muerte e inmovilizado por el placero, esperando su final, unas vibraciones en la tierra y un olor putrefacto hicieron que su alma se llenara de horror. En eso, iba creciendo en la soledad un ruido de jinetes. Cuando llegaron, observaron al hombre que, gimiendo en la desesperación, iba desprendiéndose de la vida. Se preguntaron cuán rico sería. Cuando el pecho acostado dejó de subir y bajar, se animaron a descubrirlo.
Se acercaron al cuerpo de Benjamín y, sin dudar ni un instante, hincaron sus dientes en la carne hasta dejarlo seco.
Inés Tubert

jueves, 4 de diciembre de 2008

Autorretrato de Luna


Se llama Luna, es una chica muy simpática y sociable. Trata de dejar de lado sus defectos y explotar más sus virtudes.
Es muy buena consejera, sabe escuchar y ayudar. Le gusta mucho todo lo que tiene q ver con usar la creatividad.
Ama navegar y jugar al golf. No es una chica rencorosa, odia que le mientan y sabe perdonar.
Historia no es su fuerte pero intenta entenderla. De chica solía ser mas extrovertida y con el tiempo llego a ser mas tímida con las personas que no conoce, hasta que entra en confianza con ellas y se suelta mas.
Mide 1.60, tiene ojos verdes y re caracteriza por su pelo rubio con rulos. Tiene 16 años, cumple el dos de enero, vive en San Isidro.

Luna Rubianes

miércoles, 3 de diciembre de 2008

Duggar

Duggar, de aspecto humanoide pero desconfiado, caminaba como si nada hubiese ocurrido (o al menos eso aparentaba). Sabía que la apariencia era algo importante, siempre lo supo. Duggar no pertenecía al vulgo social. Se jactaba de no confiar en lo que la gente de clase inferior a la que éste era perteneciente pensase. A veces confundía un consejo dado por algún amigo con una influencia que podría llegar a dejar al descubierto su incapacidad de razonar por cuenta propia, y de esta manera jamás podría llegar a hacer caso a lo que sus allegados dijesen. Su viuda madre había tenido una hija con un hombre que no era su padre, ocho años luego de que el pequeño (en ese entonces) Duggar hubiese nacido. La hermanastra de Duggar, a pesar de su temprana edad, no había muerto nulípara. Su cuerpo había sido encontrado mutilado luego de tan sólo haber vivido seis míseros años.
La madre de Duggar se fue después de darse cuenta de que luego de leer en el periódico, en la sección policial, el título con el que la prensa publicaba un caso de violación, tortura y asesinato, la descripción de la víctima era idéntica a como era la hermanastra de nuestro personaje principal. Siete años después de esta segunda pérdida, el joven Duggar, de aspecto humanoide pero desconfiado, caminaba como si nada hubiese ocurrido.
Antes de iniciarse en la caminata abría la puerta de su casa; antes de esto caminaba hacia la puerta; previamente se acercaba al pasillo corriendo atemorizadamente; aún más antes había descubierto lo peor.
Ya era tarde, sabía la verdad y a veces saber de más no es bueno según algunas personas. Estando por la mitad de una de las cuadras que tenía planeado transitar, vio que en la esquina seis chaquetillas policiales estaban detenidas, espectantes.
Los nervios lo carcomían. Parecía que lo habitual era más lento que el movimiento de las manecillas del reloj. Su razonamiento lo llevó a dar media vuelta y regresar por el mismo camino por el que llegó hasta aquella media cuadra.
El futuro llega natural y pacientemente, en su rápida (o tal vez algo lenta) consecuencia de su reciente (para algunos) y remotamente lejana (para otros) profundidad de su inevitable aparición. Duggar no supo esperar, pero su presencia jamás se vio perturbada por la inquietud. Un garante de la seguridad se acercaba por donde el de forma humanoide pero desconfiado no podía verlo. Unos minutos después estaba contra el suelo con esposas en sus manos. Unas horas después en la comisaría y otras después en un descampado, sin ya posibilidades de siquiera intentar pedir ayuda.
Los uniformados ingresaron a su hogar, en donde encontraron los inocentes huesos de la pequeña nulípara. La venganza puede ser terrible, pero Duggar no tuvo tiempo para reír, y mucho menos para reír mejor.
Gino Colonna

Vidrieras con tapados

Giró la llave en la cerradura y luego estiró rápidamente el brazo hacia el picaporte de la puerta para poder abrirla. Vestida con un sweter azul pisó primero con el pie izquierdo la vereda de la puerta de la casa de su madre. Ella iba a visitarla a menudo. Debía ir. Su madre estaba enferma, padecía de esas enfermedades que tienen los viejos. Todos los días, al despertar, se acordaba de que más tarde tendría que ir a casa de su madre. No le molestaba ir a atenderla, le molestaba que no quisiera que la atendieran. Era una enferma vieja, ñañosa. Una vez en la calle caminó sin detenerse, desde el bajo de San Isidro en dirección a la avenida Centenario. Miró en las vidrieras de los negocios muy finos tapados, e indecisa como ninguna se probó seis y no llevó ninguno. Salió del local y tan sólo siete pasos dio hasta la siguiente tienda. Tampoco compró nada, pero esta vez ni siquiera entró. Recordó que debía llegar rápidamente a casa de su madre ¡Ya había retrasádose más de tres minutos! Si ella no se hubiese detenido olvidándose de que su madre la aguardaba impacientemente, la historia no hubiera trazado un trágico final. Cuando el tiempo pasa no hay posibilidad alguna de revertirlo, de todos modos se apresuró. Caminó rápido. Más rápido. Corrió. Ya nada le importaba. Nada le llamaba la atención. No saludó a don Calixto que se encontraba en la vereda de enfrente; ellos eran muy amigos, se conocían desde hacía muchos años y cada vez que se veían , antes de decirse "hola", en sus caras se dibujaba una sonrisa inocultable (de esas que solo aparecen cuando uno ve a alguien a quién en verdad quiere ver). Esta sonrisa en cara de ella no apareció. Corría como podía. Cruzando las esquinas ya sin mirar ni oír. No se dio cuenta de que se aproximaba el tren. El golpe la partió al medio arrancándole pedazos de carne que por el impacto se esparcieron a ambos lados de la estación. Su cuerpo yacía en el suelo. Sus órganos que chorreaban desde su estómago abierto a la vista del público, eran un escalofriante espectáculo para los testigos que, pasadas las tres de la tarde, estaban en ese lugar. Su fresca carne había dibujado mediante la sangre su final en las vías de la estación de tren de San Isidro. Un grupo de cinco vagabundos señalaban la parte del cadáver que más entera estaba y se reían, como burlándose. A unos pocos metros aparecieron dos muchachos que se sorprendieron al observar esa imagen tan brutal. A pesar de que se retiraron instantes después de darse cuenta de qué era lo que habían visto, esos dos muchachos conservaron en su mente la imagen de la carne. Uno de ellos (el que tenía la piel de color más clara y el pelo con menos rulos), al cabo de dos días, tomaría una lapicera y escribiría el acontecimiento, como desahogo. Mientras tanto, un hombre giraba una llave en una cerradura, y estirando rápidamente el brazo hacia el picaporte de la puerta y la abría. Vestida con un sweter azul fue ubicada en una de las mesas de la morgue. Feliz, el dueño de la funeraria compró un sandwich con una pequeña parte del dinero recaudado en el funeral, gracias a que el tren pasó en el momento perfecto.
Gino Colonna

martes, 2 de diciembre de 2008

Una hoja


Gastón sumergió la cuchara en la sopa y la levantó hacia su boca. Mientras tragaba el caliente y espeso líquido, escuchó –una vez más- la voz de su esposa.
- Dejaste huellas de tierra en el pasillo. Las tuve que limpiar yo.
Al día siguiente, Gastón estaba sentado detrás del escritorio de su oficina. Su vista se desviaba de las páginas del informe que revisaba sin interés, y terminó reposando en un árbol a través de la ventana que había delante de él. Era una fría tarde de finales del otoño y los árboles ya no tenían vida. Sus ramas desnudas parecían tan tristes como él. Día a día, las hojas se habían ido volviendo cada vez más secas y oscuras y, finalmente, caían. De la misma manera, sentía que su alma estaba cada vez más desprovista de sentimientos. La alegría y emoción de su reciente matrimonio con la mujer que amaba habían ido desapareciendo, y él iba quedando, también, desnudo, casi, casi, sin esperanzas.
De repente la vio: una hoja roja, seca, frágil, pero entera, la última, comenzaba a desprenderse del árbol. A pesar del frío, no se tomó el tiempo para ponerse los guantes. No permitiría que esa última hoja fuera pisoteada y destruida… salió de la oficina y bajó corriendo por las escaleras.

Alina Chocrón

Bloqueo

Y en lo más alto de la torre
gritarte alguna palabra que no llegues a escuchar.
modular tan poco que jamás la entenderías.
Y al otro lado de tu habitación
golpear tu pared con mis manos temblorosas
y no detenerme a escuchar ni dos segundos tu respuesta.
En la parte más vacía de tu silencio
encontrar ruidos que lo callen e interrumpan
y hablar tan precipitadamente
que jamás codificarías las palabras.

Dar vueltas una y otra vez sobre el eje de tu esencia
y que tu insensibilidad y frialdad no afecten mi carrera
y frenar tan poco, y acelerar un poco más cada instante
tanto.. que jamás lograrías alcanzarme.
Y ver desde lejos tu sonrisa que busca mi complicidad
observarla, pero mirarla con tanto resentimiento
que jamás lograrías darme lástima.
Y al otro lado del mundo
gritar tu nombre en mil idiomas diferentes
y no detenerme a escuchar ni un segundo tu respuesta.
Y en la zona más íntima de mi mente
donde alguna vez lograste refugiarte
cerrarte las puertastan súbitamente
y dejarlas cerradas para siempre
sin escuchar ni medio segundo tus lamentos.

Lucía Hernández 4to 4ta t.t

Sacqueboute

En la noche húmeda de verano,
una multitud bulliciosa de cuerpos en movimiento rítmico
emana transpiración en cada roce de labios,
en cada aspirar del aroma afrodisíaco de los sahumerios.

Sus pies descalzos sobre el pasto
se mueven en agitada carrera
a través de la naturaleza.

En la noche de verano, hay copas calientes
chocando entre sí con sonidos metálicos
y, en el centro, unas llamas ardientes
formando figuras efímeras
evocan una esotérica danza de serpientes.

Alina Chocrón

Autorretrato de Eugenia


Detesta la matemática pero hace el esfuerzo de entenderla. Su pasatiempo preferido es escuchar música y es comilona de alma. Le gusta admirar lo bello y lo ordinario de la naturaleza. El deporte es su mejor compañía y el atardecer un milagro del cielo. Disfruta las cosas pequeñas, recuerda lo que vale la pena y olvida lo que no le sirve. Odia el odio y es un tanto desordenada. Es mediana de estatura y tiene ojos marrones. Es tímida en ocasiones y en otras no tanto. Tiene 17 años y vive en Martínez. Se llama Eugenia.
Eugenia Torre 4º1era T.M.

domingo, 30 de noviembre de 2008

Autorretrato de Inés

¿Quién soy? o mejor: ¿Quién creo que soy y cómo me considero a mí misma? Pregunta extraña, inesperada, y más aún, difícil de responder.
Podría contar la historia cronológica de mi vida, pero tengo serias dudas acerca de si eso es lo que ustedes quieren escuchar. O podría empezar describiéndome fisicamente,mas quienes más me conocen saben que mi apariencia no es mi rasgo más importante. Así que... ¿Qué es lo que quieren saber? Sería mucho más fácil si tuviera la respuesta a esa pregunta. Excepto, claro, que ustedes me contestaran: "Queremos saber lo que vos nos quieras contar". Siguiendo con la hipótesis de que me dijeran eso, déjenme hablar:
Soy (o me considero) una persona estructurada, que le gusta el orden (lo que no implica que me guste ordenar) De pocas palabras, no hablo a menos que tenga algo para decir. Fácil de risa, es muy raro que no se me pueda poner de buen humor (lo cual no contradice que sea una persona propensa a estar de mal humor). Me gusta respetar y ser respetada. adora la música. No me gusta equivocarme. Odio el desagradecimiento. No siento rechazo a ayudar a los demás, pero lloro (hablando de eso, no me gusta que me vean llorar) cuano no me ayudan si lo necesito. Me gusta aprender, pero no creo que sea buena enseñando. En fin, soy rara. Y terminar este texto me va a dar tanta pena como alivio.
Espero que hayan podido no comprenderme pero sí ver lo complicada que soy. ¿Respondí a lo que querían saber?
Inés Tubert

sábado, 29 de noviembre de 2008

Autorretrato de Florencia


¿Cuántas cosas me describen? Antes, al principio de año me parecía que yo era una persona fría y calculadora, que había perdido los sentimientos, aunque en realidad no me afectan las mismas cosas de la gente que me rodea. Soy sorprendentemente espontánea, a tal punto que me tildan de tonta, pero no me afecta lo que digan los demás, no puedo enloquecerme con la propia opinión de la gente, no soy así. Algunos dirán: “ah, pero aparte de tonta es despistada”, ¡minga! Soy mucho más observadora de lo que creen. Extremadamente idealista, no cambio de parecer con las cosas que para mi se deben hacer, soy responsable, pero al mismo tiempo dejo cosas que para mi me parece que no me importa un bledo, creo en el equilibrio, por sobretodo. Estas tres cosas me definen…sobre gustos, debo decir que me gustan muchas cosas, pero por sobre todo me gusta la música, la imagen y la ropa.
Florencia Laas 4to 4ta

jueves, 27 de noviembre de 2008

Autorretrato de Agustina

Soy un persona justa, de pocas palabras. Hay quienes dicen "de pocos sentimientos", pero están equivocados. Tengo tantos que a veces soy muy frágil. Muchas veces callar me da libertad. No me gusta pelear y menos con aquellas personas a las que más quiero.
Detesto el capricho, el no tener el porqué de las cosas que‘hice mal’, la ignorancia. Me lastiman.
En cuanto a gustos soy realmente amplia. Las cosas que más disfruto son: descansar, estar con mis amigos y cocinar.Las plantas y el mar me hacen sentir viva.
Tengo 16 años y me llamo Agustina
Agustina Cattaino 4to 3ra tm.

Sentimientos dudosos

Bajones, felicidad momentánea y mentirosa corre por mí,
Será el egoísmo que me pesa o el miedo de saber que lo más lindo y
Bueno del año está cada vez más cerca o por ahí cada vez más lejos,
¿Quién lo sabrá?

Pensar en eso que me alegra todos los días,
En este momento me produce desgaste y tristeza,
Y solo por no estar a la altura de la situación
¿ Será que a nadie le digo la verdad?

Poder saber quién me saca este vacío,
Es la felicidad que puede cambiarlo todo
Poder saber si es tu sonrisa o tus abrazos o
Solo verte y disfrutar con vos estas horas
Es la entrada al sueño al cual espero desde marzo

Y pero si es todo una farsa
Y soy el único que me saca de esto
qué hago escribiendo esto
Y pensando que soy un miedoso, egoísta
y perdiendo el tiempo con que sigo abriendo el vacío

Tranquilidad, viajes a otro sitio, caricias ,
figura femenina, amor,
Compañía, sonrisas, abrazos
¿será esta la solución y la entrada a un momento inolvidable?
Stefano Cassia

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Carta de despedida


Chicos:

Lamentablemente no pude despedirme de ustedes como me hubiera gustado ya que me enteré hoy, igual que ustedes, de la decisión de que esta semana terminaran las optativas. Espero que sigan escribiendo todo lo que se les ocurra y sigamos en contacto por este medio. Las vacaciones son fuente de inspiración ya sea que viajen, que descansen en su casa o visiten gente o simplemente haciendo lo que quieran. Escriban todo, sensaciones, deseos, pensamientos, anécdotas. Espero verlos el año que viene.

Además aprovecho para contarles que Pamela ha ganado el concurso de poesía del colegio. Espero que podamos leer su poema dentro de poco por este medio.

Les mando un beso grande. Fue un placer compartir con ustedes estas horas de Producción Literaria.

Sonia

Croquis en la arena


La mañana se pasea en la playa empolvada de sol.
Brazos.Piernas amputadas. Cuerpos que se reintegran. Cabezas flotantes de caucho.
Al tornearles los cuerpos a las bañistas, las olas alargan sus virutas sobre el aserrín de la playa.
¡Todo es oro y azul!
La sombra de los toldos. Los ojos de las chicas que se inyectan novelas y horizontes. Mi alegría, de zapatos de goma, que me hace rebotar sobre la arena.
Por ochenta centavos, los fotógrafos venden los cuerpos de las mujeres que se bañan.
Hay quioscos que explotan la dramaticidad de la rompiente. Sirvientas cluecas. Sifones irascibles, con extracto de mar. Rocas con pechos algosos de marinero y corazones pintados de esgrimista. Bandadas de gaviotas, que fingen el vuelo destrozado de un pedazo blanco de papel.
¡Y ante todo está el mar!
¡El mar!... ritmo de divagaciones. ¡El mar! con su baba y con su epilepsia.
¡El mar!... hasta gritar
¡basta!
como en el circo.


Mar del Plata, octubre, 1920.
Oliverio Girondo

En el llanto de una niña

He dejado muchos sentimientos en el ataúd,
ellos fueron un pasado cayendo desde un alud,
ya veo, esa calle, esos gritos,
mi decisión era inestable.

Solo fue un día eventual,
todo era peor que mal,
atrás mío esta la verdad,
era una gran inmensidad,

Ellos, quizás tu, ¿o seré yo? Los que torcimos tu realidad,
al verte lanzo un furtivo mirar,
ya es tarde, no soy como la de antes,
has deducido a través de mi mirada,
la cruel indiferencia,

Un pobrísimo mensaje,
Un arcaico pensamiento,
Un espíritu que esta rayendo su indecisión,

Es asombroso, ver a través de mí sufrir umbroso,

leer dentro de mi el herrumbre de los años,
translucir mi autorretrato de mi peor lado,

La suerte de no estar en el perverso umbral del pasado,
aunque mi penitente mirar vea lo que fuiste para mi,

A pesar de todo, gracias, mi constante inocencia,
a mi frágil burbuja,
a lo que queda de la lejía de mi infancia,

Puedo erguirme a la noche,
con un indestructible pisar,
creer en el infinito despegar.
Florencia Laas 4to 4ta TM

martes, 25 de noviembre de 2008

Una noche en un sueño

Esa noche esperaba que lloviera, y mientras observaba detenidamente las nubes, rellenas de relámpagos, y el viento que mecía las ramas del añejo cafetal del fondo de mi casa, mis ojos cedían a la oscuridad de un profundo sueño.
Pero no paso mucho tiempo cuando los abrí, aturdida por un fuerte estruendo que llenó mi cuerpo de adrenalina, cuando me di cuenta que mi habitación eran cuatro paredes desamobladas de ladrillo y cemento; mi cama era el piso, lleno de polvo, frio, y ya sin baldosas; la media medalla que pendía de mi pecho, ahora eran chapas militares, mi pijama era una vestimenta militar con una inscripción en ese momento clave impregnado en mi brazo izquierdo: “Counter Strike”, y desperté sin mi amado osito Chuchy, que para ese entonces, se había convertido en un revolver.
A mis espaldas lo vi. Un niño mucho más grande que yo, con cara de gusto, tocaba teclas y el Mouse. No cabía duda, estaba dentro de un juego, en una computadora, pero aunque sabía que estaba en un “juego”, mis manos y piernas temblaban.
Mis ojos no esperaban ver gotas del cielo ahora, sino algo que me diera una esperanza de salvación, puesto que mi vida, allí como Control Antiterrorista, corría peligro.
Llamativamente, las rejas de mi celda estaban abiertas, y desconfiadamente me asome teniendo cuidado que no me vean.
El aire olía a pólvora, y cadáveres mutilados de algunos soldados, yacían sobre una mesada…Todos tenían mi aspecto.
En eso me hallé frente a frente con un terrorista herido, que al verme, cayó llorando, de rodillas a mis pies. Su rostro me era familiar, pero sin poder decirle nada, pidió mi perdón, y luego gatillo sobre su cabeza.
Desorientada, y sin entender lo que estaba sucediendo, tomé su arma, con el afán de defenderme del enemigo, pero ya era demasiado tarde…mi sangre, había manchado aquellos grises muros.
El juego de mi vida, había terminado con un “game over”, y lo último que recuerdo es que la lluvia había pasado, y la noche, también.
Analia Humeniuk 4to 2da TT

Mi propio cielo


El cielo tiene que existir y yo suelo imaginarlo,

si tuviera que alcanzarlo quiero veros celebrarlo,

El cielo son nuestro sueños imposibles,

mas alla de las rejas de este mundo,

el conocimiento de la verdad y de uno mismo,

mi propio cielo....



El cielo tiene que existir y yo suelo imaginarlo

si tuviera que alcanzarlo quiero veros celebrarlo,

el cielo es un lugar tranquilo y limpio,

los niños del ghetto aqui son angeles jugando entre columpios,

no hay madres sufriendo ni mas hombres perdiendo,

no hay fabelas ni ancianos en callejuelas pidiendo,

solo artistas creando con inspiracion divina,

pintando esculpiendo escribiendo poesias y rimas,

sin traiciones ni sicarios ni centros penitenciarios,

ni millonarios que roban a golpe de talonario,

aqui isralies y palestinos serian mas que hermanos,

la Biblia y el Corán escritas por las mismas manos,

no habrian policias ni dictadores aqui,

no habrian presidentes muertos corrompiendo hasta el fin,

saludaría a Indir, a Gandhi y a Martin Luther King,

echaría un basket contra Drazen Petrovic y Fernando Martin,

fiestas en piscinas de diosas en bikini, musica reggae,

fumarme un blunt con Tupac y Biggie

beberme un waikiri, mirar el mundo desde arriba,

viendo pequeñas hormigas perdidas que ven pasar su vida,

ningun rey que venerar ningun jefe al que escuchar,

el cielo es un lugar hermoso que yo suelo imaginar,

ninguna ley que obedecer, ni nadie enfermo,

el júbilo eterno de ver que no pasa el tiempo,

así de libre quiero que me imaginéis,

haciendo un tema con Bob Marley y Jam Master Jay,

el cielo es bello eso espero quiero hacer de lo eterno un juego,

abrazar a mis abuelos ver a mi hermana de nuevo,

sabiendo que el que busca guerra aqui en la tierra se pudre,

sobre las nubes que os cubren el amor se descubre,

y el rencor se olvida porque nada nos corrompe,

se abren todos los secretos que la humanidad esconde.


El cielo tiene que existir y yo suelo imaginarlo,

si tuviera que alcanzarlo, quiero veros celebrarlo,

estaré alli arriba sonriendo y descansando,

mi propio cielo divino encanto miradlo.


Viajar a todos los planetas y galaxias del universo,

practicar sin fin el sexo mas intenso,

pienso en mi propio cielo y meo veo volar sin distancias,

sin sufrir ausencias sin lamentar desgracias,

pensar que aqui no hay ejercitos ni burocracias,

ni ricos politicos cinicos que contratan mafias,

solo paz y tolerancia sin ansia de poder,

y sin envejecer saboreando el placer de mil fragancias,

saludar a Sigmund Freud y Albert Einstein y William Shakespeare,

sin fingir ni discutir tan solo existir,

quiero que sonriais si algun dia me veis partir,

no seré un mártir donde deba ir me voy a divertir,

podré dormir sobre el arcoiris y escribir mi propia epopeya,

fumar cannabis sobre alguna estrella,

organizar tertulias con Dalí, Neruda y García Lorca,

no hay duda si el amor conforta lo demas no importa,

las únicas lagrimas vertidas serian de felicidad,

no habria oscuridad solo unidad e inmortalidad,

anhelo un cielo de algodon y terciopelo,

donde todos viven lejos de este sucio suelo,

me imagino haciendo freestyles con Big Punny y Big L,

salir asi de la carcel estar en mi propia piel,

sin prohibiciones ni censuras sin injusticias ni juicios,

sin vivir acosado por facturas ni edificios,

si alcanzo el cielo quiero que hagais una gran fiesta,

y que celebreis mi viaje recordando gestas,

y anecdotas pasadas grandes momentos,historias y épocas,

que para siempre quedarán marcadas,

recordad que esto no es una despedida,

aun me quedan muchos años, muchos logros, muchas rimas, mucha vida,

hoy tan solo sueño e imagino el cielo,

mis pies siguen en la tierra y de momento aqui me quedo.


Nach...Mi propio cielo.


El cielo tiene que existir y yo suelo imaginarlo,

si tuviera que alcanzarlo,quiero veros celebrarlo,

estaré alli arriba sonriendo y descansando,

mi propio cielo divino encanto miradlo.
Nach Scratch. (Mandado por Patricio)

Una sorpresa inesperada

Era el hombre más malo y rico que podría existir en aquel lugar.
Todos le tenían terror, nadie quería asomarse, nadie lo quería.
El famoso comerciante, Arnaldo de La Morgué, era conocido como una persona que no tenía sentimientos.
Se decía, en aquella vieja comarca, que el autor del crimen de su esposa, había sido él.
Ella, había caído desde una de las torres de aquellos añejos caminos, pero jamás pudo demostrarse la culpabilidad de De La Morgué.
Pero entre imágenes grises del recuerdo, se encontraba una bella historia de amor que crecía entre la hija del comerciante, Camila, y un joven humilde y no tan rico como ellos llamado Eduardo. El joven y Arnaldo, no se llevaban bien, como era costumbre del padre de la doncella, pero Camila y Eduardo tenían una historia que parecía y que jamás terminaría…
Nadie lo sabía, pero Arnaldo abusaba de ella.
Un día, como cualquier otro, llegó el cumpleaños de la hija de aquel viudo, día en que las calles se vistieron de fiesta por un año más de vida de la más hermosa de todas las jóvenes de la comarca. El aire olía a flores, y tiras de colores pendían de una casucha a otra. La música se hacia presente y el aroma de las comidas que se hacían en ese lugar, inundaba el aire y hacia que el que la oliera, se le hiciera agua la boca, pero algo sucedía. No aparecían ni el joven Eduardo ni el padre, Arnaldo…Los nervios y la tristeza de Camila, la llevaron a su habitación, donde sucedió lo inesperado…
Una caja, bien envuelta, con un gran moño, como si fuera una dadiva del cielo la esperaba ubicada sobre su cama…
Había una tarjeta sobre el regalo que decía: “Lo amaste, y por eso perdió su cabeza por tí…ya no vas a amarlo más que a mí. Tu Amado Padre.”
Ella lo entendió todo…en el afán de incestuar con ella, su sangre, había matado lo único que la mantenía con vida…su único amor, Eduardo.
Salio corriendo, la ira la envolvía, y la llevó a cometer la más grande de las locuras…Tomó un cuchillo ubicado en una de las mesas de la gran fiesta, y en el mismo momento que lo encontró a Arnaldo, lo arrojó al suelo, le rasgó las vestiduras, y sin dudarlo un momento, cortó su miembro hasta morir desangrado.
Lamentablemente, al ver todos el crimen, la acusaron también del asesinato de su madre y hasta el de su novio, sin creer en la nota que había dejado Arnaldo, creyendo que había enloquecido, y la condenaron a muerte, pidiendo perdón a De La Morgue mirando al cielo, por haberlo culpado de un crimen, que realmente, había cometido.
Analia Humeniuk 4to 2da TT

Nada

Rodolfo, alto, de tez blanca, rubio y de pies chicos, se creía un axolote gobernando una pecera. Él, trabajaba en un acuario, pero el sueldo que obtenía por esa labor, no le alcanzaba para sustentar a su familia, que constaba de más de treinta personas. Pese que Rodolfo era muy, pero muy egoísta, tenía pena por su familia porque, muy en el fondo, quería a su esposa e hijos por quienes tenía que responder.
Tenía graves problemas psicológicos por el dinero que no alcanzaba. Se estaba volviendo loco, y sin duda, necesitaba ayuda. Necesitaba un psicólogo. Consiguió uno muy barato.
Al llegar al consultorio y contarle al doctor lo que sentía y pasaba por su mente, tras sentarse en el diván, encontró una respuesta inesperada, que sin duda marco su vida para siempre…El médico respondiendo cruel y fríamente, sin saberlo, dictó una sentencia para la vida de Rodolfo.
-“¿Tu vida? No sos más que formas moldeadas sobre el asco que te produce la conciencia de sentirte carne.
Saliendo del consultorio, estupefacto y sin poder decir nada, compró un arma con el poco dinero que llevaba en sus bolsillos, y sin dudar un solo momento, gatilló sobre su cabeza.
Todo terminó de manera trágica, pero al final, la solución trajo nuevos momentos felices.
Analia Humeniuk 4to 2da TT

domingo, 23 de noviembre de 2008

Llorar a lágrima viva


Llorar a lágrima viva.

Llorar a chorros.

Llorar la digestión.

Llorar el sueño.

Llorar ante las puertas y los puertos.

Llorar de amabilidad y de amarillo.

Abrir las canillas,

las compuertas del llanto.

Empaparnos el alma, la camiseta.

Inundar las veredas y los paseos,

y salvarnos, a nado, de nuestro llanto.

Asistir a los cursos de antropología, llorando.

Festejar los cumpleaños familiares, llorando.

Atravesar el África, llorando.

Llorar como un cacuy, como un cocodrilo...

si es verdad que los cacuíes y los cocodrilos

no dejan nunca de llorar.

Llorarlo todo, pero llorarlo bien.

Llorarlo con la nariz, con las rodillas.

Llorarlo por el ombligo, por la boca.

Llorar de amor, de hastío, de alegría.

Llorar de frac, de flato, de flacura.

Llorar improvisando, de memoria.

¡Llorar todo el insomnio y todo el día!

Oliverio Girondo (Poeta argentino 1891-1967)

viernes, 21 de noviembre de 2008

Caerse y levantarse

Rafael estaba harto de que nadie lo vea como a una persona normal. Su aspecto era realmente muy desagradable, era alto y tenía una joroba enorme. Sus ojos eran de diferente tamaño y color y la piel de su cara tenia rastros de acné. Rafael era un hombre tranquilo y sensible pero lucía totalmente diferente. La gente se alejaba de el dejándose llevar por las apariencias. Lo único que necesitaba Rafael era alguien que confiara en él y que le entregase su amor.
Una tarde, sentado en un banco de la plaza con migas de pan, esperando que alguna paloma se le acercase se dio cuenta de que todas se escapaban. En un intento desesperado de perseguirlas, un movimiento en falso provocó su caída. Ninguna de las personas que pasaba por allí se atrevió a ayudarlo. Mientras se recuperaba de su caída escuchó que dos jóvenes se reían y cuando se dio vuelta ambos se dirigieron hacia él, aparentemente buscando problemas. Rafael les preguntó asustado que era lo que necesitaban y uno de ellos le contestó con un empujón mientras el otro lo insultaba.
“Alto ahí” se escuchó cerca. Los jóvenes vieron que se trataba de una hermosa mujer acompañada por su perro. Al ver que éste era de gran tamaño, los chicos se fueron corriendo dejando al hombre tranquilo.
Clara y Rafael comenzaron a hablar como si se hubieran visto antes. Esa tarde fue muy importante para Rafael ya que pudo conocer al amor de su vida y como si hubiese renacido, todo cambió al fin.
Sofía Albor

Camino a la mansión

Parece cuento pero la historia de esa noche rarísima empezó por un placero insolente de ruedas coloradas.
Una noche Gladis, la mucama que trabajaba en la casa del Dr. Morris, se había quedado trabajando hasta tarde, ya que la familia había regresado de un viaje y debía guardar el equipaje.
La casa se encontraba en medio de un bosque. Ya era de noche y en eso iba creciendo en la soledad un ruido de jinetes, entonces Gladis apuró su paso ya que ese no era un lugar seguro para transitar a esas horas. Eran caminos oscuros donde solo la luz de la luna alumbraba su paso. Ella tropezó en la cercanía del portón de entrada, descubriendo entre las hojas del otoño frió un cuerpo todavía con vida. Gladis corrió inmediatamente de regreso a la casa en busca de ayuda. El Dr. Morris tomó una linterna y juntos acudieron al lugar donde yacía el cuerpo. Cuando el pecho acostado dejo de subir y bajar se animaron a descubrirlo.
Era Ricardo, el pretendiente de Josefina la hija mayor del doctor, que al enterarse del regreso de la familia acudió a la mansión. Descubrieron en su cuerpo un puñal hundido entre las costillas que causó su muerte. Junto al cadáver encontraron una medalla con las iniciales RW, no cabía duda de que se trataba del incorregible, celoso, ex marido Renato Wilppen, del cual Josefina había abandonado por sus maltratos.
Inmediatamente Renato fue buscado, pero ya se había dado a la fuga y finalmente logro lo que quería, que Josefina no fuera feliz.
Luna Rubianes 4to 3ra TM

miércoles, 19 de noviembre de 2008

Arte poética


Que el verso sea como una llave

que abra mil puertas.

Una hoja cae; algo pasa volando;

cuanto miren los ojos creado sea,

y el alma del oyente quede temblando.


Inventa mundos nuevos y cuida tu palabra;

el adjetivo, cuando no da vida, mata.


Estamos en el ciclo de los nervios.

El músculo cuelga,

como recuerdo, en los museos;

mas no por eso tenemos menos fuerza:

el vigor verdadero

reside en la cabeza.


Por qué cantáis la rosa, ¡oh poetas!

hacedla florecer en el poema.


Sólo para nosotros

viven todas las cosas bajo el sol.


El poeta es un pequeño Dios.


Vicente Huidobro
//

Las palabras


...Todo lo que usted quiera, sí señor, pero son las palabras las que cantan, las que suben y bajan.Me posterno ante ellas... Las amo, las adhiero, las persigo, las muerdo, las derrito... Amo todas las palabras. Las inesperadas... Las que glotonamente se esperan, se escuchan, hasta que de pronto caen...
Vocablos amados. Brillan como piedras de colores, saltan como platinados peces, son espuma, hilo, metal, rocío... Persigo algunas palabras...
Son tan hermosas que las quiero poner en mi poema. Las agarro al vuelo cuando van zumbando, y las atrapo, las limpio, las pelo, me preparo frente al plato, las siento cristalinas, ebúrneas, vegetales, aceitosas, como frutas, como algas, como ágatas, como aceitunas... Y entonces, las revuelvo, las agito, me las bebo, las trituro, las libero, las emperejilo...
Las dejo como estalactitas en mi poema, como pedacitos de madera bruñida, como carbón, como restos de naufragio, regalos de la ola.
Todo está en la palabra. Una idea entera se cambia porque una palabra se trasladó de sitio, o porque otra se colocó dentro de una frase que no la esperaba...
Tienen sombra, transparencia, peso, plumas. Tienen todo lo que se les fue agregando de tanto rodar por el río, de tanto trasmigrar de patria, de tanto ser raíces... Son antiquísimas y recientísimas. Viven en el féretro escondido y en la flor apenas comenzada...
Qué buen idioma el mío, qué buena lengua heredamos de los conquistadores torvos. Estos andaban a zancadas por las tremendas cordilleras, por las Américas encrespadas, buscando patatas, tabaco negro, oro, maíz con un apetito voraz.
Todo se lo tragaban, con religiones, pirámides, tribus, idolatrías... Pero a los conquistadores se les caían de las botas, de las barbas, de los yelmos, como piedrecitas, las palabras luminosas que se quedaron aquí, resplandecientes... el idioma. Salimos perdiendo... salimos ganando. Se llevaron el oro y nos dejaron el oro. Se llevaron mucho y nos dejaron mucho...
Nos dejaron las palabras.

Pablo Neruda

viernes, 14 de noviembre de 2008

Relato de un naufragio irreversible

Aparentemente la angustia cesaría al llegar el alba, que por cierto, jamás llegó. De pronto mis músculos adormecidos clamaron atención y comenzaron a moverse abruptamente, provocando que todos mis sentidos se centraran en opacarlos, sin resultados.Mientras la procupación neta recaía en mis desesperados movimientos, algo comenzó a subir desapercibido, ansioso y eficaz. No pude reaccionar adecuadamente, pues mi atención estaba puesta a otra cosa. Cuando finalmente reaccioné, fue en vano. Había avanzado tanto tanto, que pronto mis músculos embravecidos dejaron de moverse, quedándose estancados, incapaces de ejercer supremacía. Mi atención ahora se enfocó en esa agonía que no dejaba de subir, adueñándose de cada partícula, de cada átomo. No podía controlarla, me consumía.Intenté convencerme de que sería algo efímero, que acabaría en cualquier momento, pero aumentaba.Para cuando me decidí a actuar, firme y convincentemente, mis músculos no respondieron, mis párpados cayeron, pesados e inmóviles, y el resto de mis sentidos perdieron control de ser.He perdido la batalla. En un suspiro se esfumó mi realidad.Aún no entiendo cómo, pero actuó tan perfecta y escrupulosamente, que daría lo que ya no tengo para alcanzar tal perfección.
Pamela Pulcinella.

jueves, 13 de noviembre de 2008

El hombre que siempre estuvo allí

Es una historia que escribí sobre alguien de quien aprendí el verdadero valor del tesoro mas preciado que poseo,mi tesoro de estar vivo.Esta va por mi colega Mario, un homenaje a su memoria y a su vida,un hombre anónimo como otros tantos, lo veras pasar por la próxima avenida.

Aquella tarde en Junio hacia un sol asfixiante,
andaba solo y distante, nada interesante,
de repente ví aquel hombre perdido y sin dirección,
espíritu solitario ayudado por un bastón.
Perdona soy ciego y creo que me he perdido,
tranquilo amigo, le dije, dime a dónde vas que voy contigo,
se mostraba amable como en un juego,
recuerdo que me contó un buen chiste sobre un hombre ciego.
Me agarró de camino y le acompañé a su barrio,
me llamo Mario, voy por tu calle a diario,
trabajo por aquí cerca, mi hermano me trae en su moto,
al edificio de la ONCE ahi en 9 de Julio.
Nuestro encuentro llevo a otro, la amistad surgió temprano,
quedamos algunas tardes de aquel cálido verano,
entre cafés y galletas me habló de su esposa hijas,
las describía, sonreía y besaba su sortija.
Dijo que con la edad de Jesucristo en la cruz,
sintió disipar su vista pero jamás su inquietud,
su orientación una lección, su humor una bendición,
la erótica Sharon Stone luce en su imaginación.
Dentro de otra dimensión por una enfermedad extraña,
jugó sus cartas y hoy sin más se las apaña,
sin la suerte de otros, el temor que más le daña,
haber olvidado el rostro de aquellos que le acompañan.
Mario superhéroe anónimo al que nadie mira,
la gente cruza su paso y por no molestar le esquivan,
caminará seguro hasta que su alma se complete,
le verás pasar y caerás en la cuenta de que...

Así es como la vida enseña,
miro mis problemas, mira tus problemas, que alma es grande, ¿cuál pequeña?,
el destino utiliza las maneras mas extrañas,
nos concede un futuro pero luego nos engaña.
Cuando menos lo esperas puede sucederte algo,
cortar tu rumbo, cambiar tus actos,
el arte de adaptarte y vivir, una lección que aprendí,
cuando conocí al hombre que siempre estuvo allí.

Patricio Leiva

martes, 11 de noviembre de 2008


Una lenta ceremonia incomprensible nos había acercado en la noche desde nuestras infinitas distancias.

Julio Cortázar (1914-1984), del libro 62, modelo para armar

Trágico pueblo

El despojo eventual se veía
Ni los alacranes tenían perdón
De saciar la sequía
A ello se remite el enigma…

Con abundante transparencia
El furtivo pueblo que pobrísimo se veía
Ni la inmensidad de los jeroglíficos
Hechos al óleo torcería

¿Cómo raer el constante fin del ataúd?
Cuya forma de escarabajo
Al pueblo era destinado
Ya que descuidos así a tal tierra
No tiene perdón por más inestable que sea.

Alan Egidio 4°1° T.T

Minutos crueles

El séptimo cuarto era una mentira,
Infinitas eran sus ansias por entrar,
Frágiles estaban sus oídos al escuchar la naranja rebotar
La sequía de puntos se reflejaba en el movimiento
De esos dedos que rayaban el banco

Minutos, minutos y más minutos deducían un pobrísimo final,
El perdón no tenía justificación,
Perverso momento que podía ser una gloria
Su constante urgencia hacia que las posiciones
Fueran mas largas

El desenlace era un enigma, alacranes perturbaban su existencia
Erguirse y torcerse para poder lanzar era su único pensamiento
La inexperiencia hacia que su vientre se endureciera y,
Que lo apretara, ataque tras ataque,
Miradas crueles le enseñaron el camino a su ataúd
La naranja era historia en su vida

Stefano Cassia 4°1° T.T

lunes, 10 de noviembre de 2008

Instante

Me gustaba ese preciso instante, en donde mi cabeza se apoyaba en la almohada, y podía cerrar mis ojos sabiendo que ya todo estaba hecho, al menos hasta mañana. Me fascinaba mi propia expresión de satisfacción al volver a casa habiendo hecho eso que tanto deseaba. Mi cometido, mi objetivo, mi razón de lucha estaba completa y la sonrisa desbordaba incluso sin que me diera cuenta.
Era yo y mi mundo, giraba y giraba alrededor de él, como si no formara parte, era una espectadora y eso me encantaba. Todo era ajeno, manipulable, los errores eran de otros y los aciertos me los podía adueñar.
Ellos eran títeres de dedo, y yo elegía cuál era más adecuado para mi pulgar, esa tarde todos me parecían perfectos, mis manos desbordaban de trazos de tela. Quería todo, porque sentía que ese todo estaba a mi alcance.
Me gustaba pisar el suelo, y recordar una y otra vez el momento donde había estado flotando por encima de él, recreaba con exactitud la situación, detalles en demasía, inmensidad de adjetivos en cada frase. Y lo contaba, a todos mis allegados, porque ese era mi orgullo, porque esa era mi historia. Y caractericé, hasta que se me agotaron las palabras y repetí las mismas sin darme cuenta. Y ya no me alcanzó,ya los detalles se habían borrado con el tiempo, ya no recordaba las sensaciones exactas de ese momento.
Y me acosté pensando que esa noche, a diferencia de la anterior, iba a terminar el día sin haber hecho lo que alguna vez me hizo sentir completamente perfecta.
Lucía Hernández 4to 4ta TT

Sólo era ella

Ella se llamaba Catherine, aparte de su seductor cabello negro, tenia piernas largas y flacas.Debo de admitir que lo que me atrajo de ella fue su mirada intensa, esos ojos negros...que al mirarte te llevaban a un mundo lleno de oscuridad.Y la conocí gracias a un destino erróneo de un día de septiembre.
Yo era para todos los que me rodeaban un ángel. Denise es mi nombre y mi apariencia es de una joven de quince años, rubia, pequeña, con pómulos rosados y frágil. Esa chica común de la que yo hablo, y que resulta ser yo, les contará una historia misteriosa a la que el destino la llevó.
En los ùltimos meses la ciudad experimentò una ola de asesinatos, cuyas características eran similares: las víctimas estaban marcadas por insignias egipcias, en otros casos les habían apuñalados con siete cuchillos de distintos colores.
Un día, en la salida de cole, Catherine y yo caminabamos hacìa la parada del colectivo hasta que chocamos con cuatro policías, ellos agarraron a mi amiga y la encarcelaron, pero ninguno de ellos me habìa dicho la causa de su arresto. Entonces, esa noche me fui a la comisaria en la que estaba Catherine arrestada para darle comida que yo había hecho.
Cuando abrì la puerta, vi un cadaver sobre el escritorio del comisario y a mi amiga llena de sangre, no escuché nada, solo sabía que ella sè que escuchaba sus vacías excusas. Y vi cerca de mi un revolver, lo agarre y disparé...
Unos segundos despuès me di cuenta lo que habìa hecho, la habìa matado, pero para mi sorpresa Catherine se levantó y agarró un cuchillo. Vi correr sangre por mi hombro, y me vi yacer en la muerte , en un día de enero...
Florencia Laass, 4to 4ta. Turno mañana.

Morbo, carroña y recuerdo

Siempre fue tu rostro
antes iluminado con sonrisas explícitas.
Siempre fueron tus cabellos,largos marcos de la belleza comprendida en ese lienzo de cualquier artista
tu rostro, musa de la lujuria de tantos hombres
tus ojos, perversión hecha ternura.
Siempre fue mi morbo
de querer verte incluso en los momentos en donde ya no estabas visible
el tiempo había hecho estragos en tu rostro y en tu figura
alguien te había quitado la energía del ser.
Eran tus manos, frías y con una inmovilidad eterna,
angustioso marco de la vida que ya no tenías
en ese lienzo de cualquier víctima de tu ausencia.

Siempre fueron tus vicios
tus llamados de atención
tus sonidos de enfermedad latente
el final que se aproximaba con cada cigarro que tocaba tus labios,
que encontrabas en el fondo de cada copa
en la pasión de una noche sin amor
El final.

Hoy te respiro en cada inspiración
Te imagino en lugares en los que alguna vez estuvimos
Te imagino en lugares en los que siempre quise que estuvieras
Hoy te saboreo en cada bocado
De esta vida que ya sin la tuya no es más que una palabra
Cuyo significado no me importa

Siempre será tu rostro enmudecido
tu boca despintada con silencios implícitos
tu cuerpo, indiferencia y olvido de tantos hombres
lagrima que hoy derraman mis ojos
tristeza que emanan mis párpados

Siempre fuiste lo efímero,
Ahora lo inconcebible,
Siempre fue mi morbo
De querer tenerte cuando ya ni eras visible.

LUCÍA HERNÁNDEZ 4TO 4TA

miércoles, 5 de noviembre de 2008

Tu instante eterno

Ahora no sé nada de vos, no sé dónde estarás,
supongo esperarás con la bondad que la casualidad se llevó,
solo me pido no olvidarte jamás,
porque sos parte de mí,
que no murió..
Como no podés volver no puedo siquiera necesitarte,
pero la nostalgia es más fuerte que mi propia fuerza
que se debilita con cada gota de recuerdo..
Solo te pido me des fuerza
sácala del amor que no te dí,
para seguir viviendo en esta vida
que ahora es más corta cada día...
Gracias por enseñarme tanto,
gracias por amarme con todo,
Gracias por darle al mundo
un instante de tu inmensidad.

Ludmila Isleño 4° 1ª T.M.

Diálogos


-Esa de negro que sonríe desde la pequeña ventana del tranvía se asemeja a Mme. Lamort -dijo.-No es posible, pues en París no hay tranvías. Además, esa de negro del tranvía en nada se asemeja a Mme. Lamort. Todo lo contrario: es Mme. Lamort quien se asemeja a esa de negro. Resumiendo: no solo no hay tranvías en París sino que nunca en mi vida he visto a Mme. Lamort, ni siquiera en retrato.-Usted coincide conmigo -dijo-, porque tampoco yo conozco a Mme. Lamort.-¿Quién es usted? Deberíamos presentarnos.-Mme. Lamort -dijo-. ¿Y usted?-Mme. Lamort.-Su nombre no deja de recordarme algo -dijo.-Trate de recordar antes de que llegue el tranvía.-Pero si acaba de decir que no hay tranvías en París -dijo.-No los había cuando lo dije, pero nunca se sabe que va a pasar.-Entonces esperémoslo puesto que lo estamos esperando.

Alejandra Pizarnik. (Escritora argentina 1936-1972)

martes, 4 de noviembre de 2008

Poema para una amiga muy especial

15, el año que viene 16,
Y solo pude compartir con vos 2 octavos,
Compartir con vos las estadías,
Las risas, los susurros, las cenas.

De los 13 a los 15 se viven muchísimas cosas,
La mayoría buenas, la minoría malas,
Agradezco al Destino por haberte conocido,
Y a veces me lamento por haberme ido.

Poco te he conocido,
Pero más que cualquier otra chica,
Tu sonrisa deslumbra,
Y entretiene más que el juego Alondra.

¿Llorar te he visto?
No tengo recuerdos de haberlo vivido,
Y aunque hubiese deseado pasear mas contigo,
Disfrute lo que compartimos en todos los momentos.

Lamento no haber estado,
Lamento no haberte cantado,
Lamento no haber bailado,
Lamento no haber estado sentado.

Agradezco todas las cenas,
Agradezco todas las películas con sus escenas,
Agradécele de mi parte a tu madre,
Agradécele de mi parte a tu padre.

No he podido estar contigo esa noche,
Me he sentido triste por irme en el coche,
No te he acompañado en lo más necesitado
Me he sentado en el estrado toda la noche volando.

Me despido de esta poesía,
He dicho lo que siento y lo lamento,
Tu vives tu vida ahora, no mirare de vuelta para atrás, no dejaré de hablarte, pero dejaré de verte,
Dejemos el pasado en el pasado, no te confundas, esto es solo agradecimiento, nada más.

Patricio Leiva

Un recorrido por la rutina


Ese verde tan intenso que pinta las hojas de aquellos arboles de edad avanzada, grandes y con altura peculiar. ¿Quién hubiese imaginado? la creatividad de las escaleras de permitirnos ver por debajo de cada pisada. Paredes enormes que callan, pero a la vez oyen cantidades innumerables de secretos,de historias y anécdotas.
El inevitable olor a tiza, que por muchos años me provocó gran cantidad de estornudos, los bancos en filas,los borradores esparcidos por el aula, los gritos, los timbres, las telarañas. Estas y más cosas son las que mal o bien visten nuestro segundo hogar, permitiendo que para nosotros marque momentos importantes.

Sofia Grassetti 4º 1ª T.M

Cómo

Cómo soportar cada vez que te vas si vos sos mi soporte?
Cómo aguantar no hablar ni tenerte ni besarte cuando eres mi única adicción?
Cómo hice para sobrevivir sabiendo que apenas puedo vivir sin hablarte?
De qué manera tiene uno que convencer a los que sean, de que un amor no deja de serlo solo porque está la distancia en el medio?
De qué manera te puedo decir la manera que te amo, si lo hago de una manera inexplicable?
De qué manera debo decir que te amo para que sepas que realmente te amo?
Cuándo se dará la oportunidad de tocarte, si a esta edad solo puedo verte?
Cuándo tendré la chance de mirarte a los ojos mientras te tomo de la mano y corro tu hermoso flequillo que cubre tu hermoso ojo?
Cuándo tendré ese momento de besarte, mientras con los ojos cerrados imagino tu figura, sabiendo que te tengo enfrente mío, y que solo eres tú?
Quién dijo que el amor a distancia nunca se logra?
Quién sera el maldito que se oponga, para que de un golpe lo nokee y llegue yo a tus brazos?
Quién sera la persona bondadosa que nos deje juntos una noche, para admirarnos sin interrupciones?
Por qué tuvimos que haber nacido separados?
Por qué tardamos tanto en conocernos?
Por qué aun, después de todo, sigues hipnotizándome con tu hermosura y tu esbelta figura que solamente vos posees?
Y pese a todo eso, aun te amo, no se cómo explicarlo, no sé por qué, no sé cómo, no sé cuándo te veré, y nosé quién eres. Pero seas quién seas, te amo igual.

Patricio Leiva

lunes, 3 de noviembre de 2008

Visión de la guerra

Veo la desesperación de la gente,
El hambre.
En el lugar hay mucha incertidumbre.
La guerra produce tensión, preocupación,
Esta esta por terminar
Ya llegará la calma, la paz y la tan esperada tranquilidad.

Agustina Cattaino 4to 3era TM

sábado, 1 de noviembre de 2008

FRASES DE ESCRITORES


No existen más que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.- Oscar Wilde

(Escritor británico. 1854-1900)

viernes, 31 de octubre de 2008

Viaje por las estrellas

En el templo de las hamacas
y los subibajas,
el viaje por las estrellas
hace que una sonrisa carmesí ilumine su rostro
y su pelo brille.
Las cañas de madera rodean el lugar,
y de la carpa de circo surge un arcoiris
que convierte su vida
en un rompecabezas gigante,
en el que cada mostacilla tiene la importancia
de un elefante.
INÉS TUBERT 4TO 1ERA TM

miércoles, 29 de octubre de 2008

El fin de la magia

El año pasado me había regalado una bicicleta, con una cartita que decía: “Para Eugenia, de Papá Noel”. ¡Que alegría sentí aquel día! Hasta entonces suponía que tendría cubierto el resto de mis navidades con regalos GRANDES, ya que podía pedirle lo primero que imaginara.
El año pasado creía en la magia, en los renos, en el viejito de barba blanca y traje rojo…Ahora cambie de parecer. No es que me sienta triste porque ya no me van a regalar cosas sofisticadas o algo así, sino que me apena el haberme enterado de que esa persona a quien yo admiraba tanto, no existe. Nunca existió realmente.
Lo esperé muchas noches con inmensa felicidad, le escribí cartas (no muy largas como suelen ser), ciertas veces le tuve miedo, y otras, ni siquiera le prestaba atención cuando lo miraba.
Una tarde de Mayo, yo estaba sentada a la mesa del comedor junto a mi papá, que estaba leyendo el diario. Yo estaba tomando un vaso de leche, y de repente se me vino de la nada una idea un poco tonta a la cabeza, pero realmente me intrigaba mucho.
-¿Pá?- le dije. Ya sé que Papá Noel viene del polo norte, pero…¿cómo hace?
-No, Euge…-me contestó. La verdad es que…Papá Noel no existe, es como el ratón Pérez. ¿Entendés?
-¿No existe?-le pregunté bastante preocupada.
-No, no existe Euge (hablaba como si pensara que yo ya sabía que Papá Noel no existía).
-¿Y entonces quien me traía todos los regalos? y...¿como se enteraban mamá y vos de los regalos que yo quería que el me trajera, si yo nunca les mostré las cartas?
-¿Te acordás cuando íbamos al correo a dejar las cartas? Mamá simulaba que las dejaba guardadas en el buzón, pero en realidad se las quedaba ella. Después leía lo que habías pedido, y de todos los regalos que mencionabas, tratábamos de comprarte los que podíamos.
-Ah, bueno. Ahora vuelvo.
El momento en el que mi papá me dijo que Papá Noel no existía, no supe que decir o pensar. Al principio me quede muda, después me enoje, y salí corriendo al jardín de mi casa; Pero traté de no demostrarle mi tristeza.
A partir de ese momento, imaginé que la magia solo podría existir en los cuentos de hadas. Aunque, para ser sincera, hoy lo pensaría dos veces.

EUGENIA TORRE

sábado, 11 de octubre de 2008

Palabras (asfixia)

He notado que muchas veces las palabras se anudan fuertemente, como el cordón de mis zapatillas. Y aprietan hasta la asfixia.
No es común notarlo, por eso decidí hacer algo al respecto, para ahorrarle el trabajo a otras personas, observadoras y minuciosas al igual que yo.
Es implacable este deseo de beber las palabras. Pero creo que haré con ellas un collar. –Pensé-. Donde cuelgue mis días y mis noches, mis insomnios e infortunios.
Esperaré también encontrar palabras tuyas, rasgos efímeros, figuras que vomiten circunstancias.
Colgaré mis utopías y anhelos, mis desgastes. Colgaré las manchas, las heridas, los fragmentos inherentes que desatan el lazo que me esclaviza a tus pies.
Colgaré mi vida, si es necesario, también.
Entusiasmada busqué en el aire, en la brisa, en los fragmentos. Pero no estaban. Las palabras habían volado junto al invierno, se esfumaron como bocanadas de humo.
Entonces sentí la asfixia. ¿Pero cómo? Si las palabras se ausentaban…
Es un misterio la magnitud de las palabras aún cuando creemos que las hemos vencido.
Confundida, noté mi collar agonizando.
Ingenua, volví a buscar en el aire, en la brisa, en los fragmentos. De nuevo, no estaban.
Aún no podía entenderlo, sentía la asfixia inmóvil e inquebrantable en el interior.
Entonces supe que, a pesar de no poder tocarlas, las palabras nunca cesarían.
Tampoco la asfixia.

PAMELA PULCINELLA

martes, 7 de octubre de 2008

CARPE DIEM


Carpe Diem, aprovecha el día.
No dejes que termine sin haber crecido un poco, sin haber sido un poco más feliz, sin haber alimentado tus sueños.
No te dejes vencer por el desaliento.
No permitas que nadie te quite el derecho de expresarte que es casi un deber.
No abandones tus ansias de hacer de tu vida algo extraordinario...
No dejes de creer que las palabras y la poesía sí pueden cambiar el mundo...
Somos seres humanos llenos de pasión.
La vida es desierto y oasis.
Nos derriba, nos lastima, nos convierte en protagonistas de nuestra propia historia...
No dejes nunca de soñar, porque solo en sueños puede ser libre el hombre.
No caigas en el peor error, el silencio.
La mayoría vive en un silencio espantoso.
No te resignes...
No traiciones tus creencias. Todos necesitamos aceptación pero, no podemos remar en contra de nosotros mismos.
Eso transforma la vida en un infierno.
Disfruta el pánico que provoca tener la vida por delante...
Vivela intensamente sin mediocridades.
Piensa que en Tí está el futuro y en encarar la tarea con orgullo y sin miedo.
Aprende de quienes pueden enseñarte.
No permitas que la vida te pase a Tí sin que la vivas...
WALT WHITMAN

Editorial

Hola!!!! Este blog es el producto de la materia "Producción literaria" que dicto y disfruto muchísimo en el Colegio Nacional San Isidro.
Realmente deseo que la literatura les sirva para "imaginar utopías". Y este nombre, que fue elegido de manera tan democrática en clase, me recuerda lo que decía Eduardo Galeano: "Camino dos pasos y ella se aleja dos pasos; camino diez pasos y ella se aleja diez pasos. Es como el horizonte: inalcanzable. Y entonces para qué sirve la utopía? Para eso sirve: para seguir caminando.
Gracias Alina, Sofía G., Ludmila, Patricio, Ignacio, Eugenia, Inés, Martín, Sofía A., Lisa, Agustina, Gino, Florencia, Beti, Stefano, Alan, Pamela, Analía, Lucía, Maitén y Luna por animarse a expresarse y crear una realidad nueva!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!!
SONIA