viernes, 14 de noviembre de 2008

Relato de un naufragio irreversible

Aparentemente la angustia cesaría al llegar el alba, que por cierto, jamás llegó. De pronto mis músculos adormecidos clamaron atención y comenzaron a moverse abruptamente, provocando que todos mis sentidos se centraran en opacarlos, sin resultados.Mientras la procupación neta recaía en mis desesperados movimientos, algo comenzó a subir desapercibido, ansioso y eficaz. No pude reaccionar adecuadamente, pues mi atención estaba puesta a otra cosa. Cuando finalmente reaccioné, fue en vano. Había avanzado tanto tanto, que pronto mis músculos embravecidos dejaron de moverse, quedándose estancados, incapaces de ejercer supremacía. Mi atención ahora se enfocó en esa agonía que no dejaba de subir, adueñándose de cada partícula, de cada átomo. No podía controlarla, me consumía.Intenté convencerme de que sería algo efímero, que acabaría en cualquier momento, pero aumentaba.Para cuando me decidí a actuar, firme y convincentemente, mis músculos no respondieron, mis párpados cayeron, pesados e inmóviles, y el resto de mis sentidos perdieron control de ser.He perdido la batalla. En un suspiro se esfumó mi realidad.Aún no entiendo cómo, pero actuó tan perfecta y escrupulosamente, que daría lo que ya no tengo para alcanzar tal perfección.
Pamela Pulcinella.

No hay comentarios: