El séptimo cuarto era una mentira,
Infinitas eran sus ansias por entrar,
Frágiles estaban sus oídos al escuchar la naranja rebotar
La sequía de puntos se reflejaba en el movimiento
De esos dedos que rayaban el banco
Minutos, minutos y más minutos deducían un pobrísimo final,
El perdón no tenía justificación,
Perverso momento que podía ser una gloria
Su constante urgencia hacia que las posiciones
Fueran mas largas
El desenlace era un enigma, alacranes perturbaban su existencia
Erguirse y torcerse para poder lanzar era su único pensamiento
La inexperiencia hacia que su vientre se endureciera y,
Que lo apretara, ataque tras ataque,
Miradas crueles le enseñaron el camino a su ataúd
La naranja era historia en su vida
Stefano Cassia 4°1° T.T
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1 comentario:
Me encanta! me pareció genial como de algo tan cotidiano como es el deporte hayas podido hacer una poesía tan buena.
besos
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