jueves, 13 de noviembre de 2008

El hombre que siempre estuvo allí

Es una historia que escribí sobre alguien de quien aprendí el verdadero valor del tesoro mas preciado que poseo,mi tesoro de estar vivo.Esta va por mi colega Mario, un homenaje a su memoria y a su vida,un hombre anónimo como otros tantos, lo veras pasar por la próxima avenida.

Aquella tarde en Junio hacia un sol asfixiante,
andaba solo y distante, nada interesante,
de repente ví aquel hombre perdido y sin dirección,
espíritu solitario ayudado por un bastón.
Perdona soy ciego y creo que me he perdido,
tranquilo amigo, le dije, dime a dónde vas que voy contigo,
se mostraba amable como en un juego,
recuerdo que me contó un buen chiste sobre un hombre ciego.
Me agarró de camino y le acompañé a su barrio,
me llamo Mario, voy por tu calle a diario,
trabajo por aquí cerca, mi hermano me trae en su moto,
al edificio de la ONCE ahi en 9 de Julio.
Nuestro encuentro llevo a otro, la amistad surgió temprano,
quedamos algunas tardes de aquel cálido verano,
entre cafés y galletas me habló de su esposa hijas,
las describía, sonreía y besaba su sortija.
Dijo que con la edad de Jesucristo en la cruz,
sintió disipar su vista pero jamás su inquietud,
su orientación una lección, su humor una bendición,
la erótica Sharon Stone luce en su imaginación.
Dentro de otra dimensión por una enfermedad extraña,
jugó sus cartas y hoy sin más se las apaña,
sin la suerte de otros, el temor que más le daña,
haber olvidado el rostro de aquellos que le acompañan.
Mario superhéroe anónimo al que nadie mira,
la gente cruza su paso y por no molestar le esquivan,
caminará seguro hasta que su alma se complete,
le verás pasar y caerás en la cuenta de que...

Así es como la vida enseña,
miro mis problemas, mira tus problemas, que alma es grande, ¿cuál pequeña?,
el destino utiliza las maneras mas extrañas,
nos concede un futuro pero luego nos engaña.
Cuando menos lo esperas puede sucederte algo,
cortar tu rumbo, cambiar tus actos,
el arte de adaptarte y vivir, una lección que aprendí,
cuando conocí al hombre que siempre estuvo allí.

Patricio Leiva

1 comentario:

Pamela dijo...

Me gustó muchísimo, parece una canción, y está muy interesante la historia.