viernes, 21 de noviembre de 2008

Camino a la mansión

Parece cuento pero la historia de esa noche rarísima empezó por un placero insolente de ruedas coloradas.
Una noche Gladis, la mucama que trabajaba en la casa del Dr. Morris, se había quedado trabajando hasta tarde, ya que la familia había regresado de un viaje y debía guardar el equipaje.
La casa se encontraba en medio de un bosque. Ya era de noche y en eso iba creciendo en la soledad un ruido de jinetes, entonces Gladis apuró su paso ya que ese no era un lugar seguro para transitar a esas horas. Eran caminos oscuros donde solo la luz de la luna alumbraba su paso. Ella tropezó en la cercanía del portón de entrada, descubriendo entre las hojas del otoño frió un cuerpo todavía con vida. Gladis corrió inmediatamente de regreso a la casa en busca de ayuda. El Dr. Morris tomó una linterna y juntos acudieron al lugar donde yacía el cuerpo. Cuando el pecho acostado dejo de subir y bajar se animaron a descubrirlo.
Era Ricardo, el pretendiente de Josefina la hija mayor del doctor, que al enterarse del regreso de la familia acudió a la mansión. Descubrieron en su cuerpo un puñal hundido entre las costillas que causó su muerte. Junto al cadáver encontraron una medalla con las iniciales RW, no cabía duda de que se trataba del incorregible, celoso, ex marido Renato Wilppen, del cual Josefina había abandonado por sus maltratos.
Inmediatamente Renato fue buscado, pero ya se había dado a la fuga y finalmente logro lo que quería, que Josefina no fuera feliz.
Luna Rubianes 4to 3ra TM

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