viernes, 21 de noviembre de 2008

Caerse y levantarse

Rafael estaba harto de que nadie lo vea como a una persona normal. Su aspecto era realmente muy desagradable, era alto y tenía una joroba enorme. Sus ojos eran de diferente tamaño y color y la piel de su cara tenia rastros de acné. Rafael era un hombre tranquilo y sensible pero lucía totalmente diferente. La gente se alejaba de el dejándose llevar por las apariencias. Lo único que necesitaba Rafael era alguien que confiara en él y que le entregase su amor.
Una tarde, sentado en un banco de la plaza con migas de pan, esperando que alguna paloma se le acercase se dio cuenta de que todas se escapaban. En un intento desesperado de perseguirlas, un movimiento en falso provocó su caída. Ninguna de las personas que pasaba por allí se atrevió a ayudarlo. Mientras se recuperaba de su caída escuchó que dos jóvenes se reían y cuando se dio vuelta ambos se dirigieron hacia él, aparentemente buscando problemas. Rafael les preguntó asustado que era lo que necesitaban y uno de ellos le contestó con un empujón mientras el otro lo insultaba.
“Alto ahí” se escuchó cerca. Los jóvenes vieron que se trataba de una hermosa mujer acompañada por su perro. Al ver que éste era de gran tamaño, los chicos se fueron corriendo dejando al hombre tranquilo.
Clara y Rafael comenzaron a hablar como si se hubieran visto antes. Esa tarde fue muy importante para Rafael ya que pudo conocer al amor de su vida y como si hubiese renacido, todo cambió al fin.
Sofía Albor

No hay comentarios: