jueves, 28 de mayo de 2009

Autorretrato de Sofia Lencioni

Ni silla ni banquito ni sofá. Soy Sofa, para los amigos y hasta para los enemigos. Pfffffff, si me habrán jodido con eso, encima me lo dicen como si hubieran descubierto algo nuevo...Emm...autorretrato...autorretrato... La verdad es que no soy muy buena escribiendo, más bien, soy bastante mala en esto, pero vamos a ver que pasa. Es re loco, no? según qué palabras elijamos y cómo las usemos nos podramos transmitir miles y miles de millones cosas distintas. Si, soy complicada a veces, me encanta analizar absolutamente todo, pero no me gusta hablar, ¡detesto hablar! no me gusta para nada. Hablar no! Pero hay cosas que si me gustan, como los tres chiflados, es genial, se matan a palos y siguen como si naaada, me gustan los perros, me gustan los moños y suelo juntar muchas porquerías chiquitas, y mi mamá me reta por eso.Tengo rulos y soy petisa, me enojo muy fácilmente. Si, soy como Hulk, pero en color marrón clarito. Enojona, petisa y testaruda, pero tranquila...En fin...me gustan los opuestos y los iguales, el helado de chocolate amargo y el más dulce de los dulce de leches, los nenes y las nenas, me gusta todo y también me gusta nada.Señora, señor...no se preocupe, esto es sólo una tarea, no le pido que me entienda, porque, entre usted y yo, a veces ni a mi me sale.

sábado, 23 de mayo de 2009

El temor


Yo soy aquel que intenta perder
Todo aquello que quieres encontrar;
Soy el velo sin sonrisa, el ego,
El recelo temido por lo natural.
Yo soy el miedo, la pena,
Una pared descomunal;
Un caminante de paso vacilante
Que no se cansa de andar y andar.
Vivo oculto, enterrado en lo profundo,
En el rincón oscuro de tu ser,
Y cuando ¡ay!, pobre de tí, me llegues a ver,
Nada más de mí querrás saber.
Soy ese al que no soportas,
Al que aborreces y al que odias:
Soy una inmensa dosis de dudas,
Y con mi imagen te perturbas.
Hondas son mis huellas,
Y peligrosos son mis puentes;
Son fuertes mis secuelas
Errando por caminos tenues.
Si alguna vez escuchas mis gritos,
Recordarás a la muerte, al frío;
Imaginarás senderos vacíos
Que marcarán la suerte de tu destino.
Porque yo soy el desierto, la ruina,
El dolor de tus heridas:
Yo soy el temor,
El escape sin salida.

martes, 19 de mayo de 2009

Autorretrato de Matías Parquet

Yo, un ser como todos los demás, pero único a la vez, a los 16 años de vida voy al colegio, toco la guitarra y otros instrumentos. No me gusta el maltrato a la naturaleza y tampoco ver lugares contaminados.
Mi pasatiempos preferido es la música y juntarme con mis amigos. No me fijo mucho en las apariencias físicas, sino en la forma de ser de cada uno.

lunes, 18 de mayo de 2009

Otoño

Aquella niña, juega, salta,se ensucia, es que le encanta el pasto, los árboles y el barro.Pero más que nada sus amigos, la pelota y el torneito. Interminables horas de juego, luego la hora del ocio, la vuelta a la casa, la ducha y la merienda.
Como ritual luego de la escuela la tarea. Después sí, la pasión de su corta vida, reunión en la esquina de su casa. Unos cuantos chicos y su mejor amiga, la petisa (ella va a estar siempre a su lado, es como su hermana).
Todos listos para armar la típica mansión de ramas y hojas secas. La guarida de cinco grandes chicos; la casita de ilusiones, donde reina la imaginación del inocente.
Tarde oscura y un viento la arrancó de cuajo. Volaron las hojas y con ellas los sueños. Pero el sol sale y con el la alegría del barrio, de ese barrio que parece triste de noche, con unas cuantas pobres luces que intentan descubrir figuras en la penumbra. Ya el sol salió, y bañadas las calles de guardapolvos blancos está.
Tarea, merienda y reconstrucción de sueños, pero con la certeza que van a ser mejores.
Nuevos árboles con nuevos frutos, flores y mariposas. Vida nueva. Lapsos de tiempo robadores de ilusiones.Vuelve el otoño pero ya los cinco pequeños no están construyendo chozas.
Ahora es mejor.Desde lejos se divisa un grupo de personas. Los trajo el otoño, estoy seguro.
Están construyendo nuevos sueños. Construyendo futuro.
Las miradas y sus sonrisas son las mismas que ayer, pero los anhelos se extendieron.
Magalí Eljall

Autorretrato de Magalí Eljall

Nunca me gustaron los autorretratos, es la verdad de mí. Fisicamente sería la más común mi descripción, siendo que muy poco ya lo físico me importa.
Me describiría como buena amante de la vida, de sus desniveles, sus extremos y su capacidad de amoldar hasta lo inamovible.
Me encanta mirar lo que me hace bien y me resulta placentero. A lo malo sacarle provecho y dejarlo pasar.
Me hace feliz ayudar a las personas que amo y aprecio, escuchándolos , dándoles consejos o simplemente regalándoles un abrazo.
Odio la hipocresía, la falta de sinceridad me deprime y la injusticia me desanima.
Por último, debo reconocer que me cuesta entenderme y me es difícil ayudarme.

miércoles, 13 de mayo de 2009

Autorretrato de Tábatha



Okey, no me queda otra que empezar de la forma habitual. Me llamo Tábatha, pero me dicen “Tabi”, tengo 17 años y estoy de novia hace un año, y muy enamorada por cierto. Y si, lo sé… todos se quedaron en “Tábatha” y sí, es mi nombre, ni mi apodo, ni mi apellido, ni nada parecido. Sólo Tábatha, así. Y así soy yo, un poco complicada, un poco original, un poco rara… pero también hay de lo otro, también un poco simple, un poco común, una más de vez en cuando. Y no es que digo todas estas cosas porque soy una adolescente confundida, o sea sí (como todos a nuestra edad) pero no en eso.
Complicada soy simplemente por el hecho de ser mujer y a la vez adolescente y porque no soy yo si no le encuentro un “pero” o un “nunca se sabe” o cosa así siempre.
Original porque soy como soy. Mi nombre lo empieza todo, pero lo original (que está claramente unido con lo raro) tan sólo se explica hablando conmigo un rato (mmm, hablar, algo que me gusta hacer todo el tiempo; odio cuando todos se callan, me siento incomoda y tengo que hablar) decía? Ah si, hablando un ratito conmigo cualquiera lo nota. Soy mas bien extrovertida; me gusta pasar vergüenza y reírme de mí misma; soy mimosa y me encanta que lo sean conmigo; me fascina el olor a pino; amo las cosas de niños y cantar, bailar (cosa que –por el bien de todos- trato de no hacer en público) y llamar la atención; no me importa lo que digan de mí; sé pedir perdón cuando me equivoco; me molesta que no me escuchen cuando hablo; soy muy sociable cuando quiero; me gusta –en parte- que me digan cuando hago algo que cae mal para poder cambiarlo; me encanta que halaguen lo que hago y la primavera, porque no hace frío ni calor; suelo conformarme con lo que son, casi siempre, pequeñeces para los demás. Por ejemplo? La luna me fascina; mi perra; el verde hoja vivo me encanta; caminar por la calle en otoño cuando esta todo lleno de hojas secas; que mis pies descalzos toquen el pasto y la arena; estar con las chicas me divierte por demás; me encanta hacer reír y reírme de la gente y me hace muy feliz que me digan que me quieren y que me hagan cosas porque lo sienten y no por hacer (cosas lindas, claro), me refiero a caricias, abrazos, etc.
Me dan mucho miedo las arañas y estar sola, y – aunque me de mucha vergüenza confesarlo- la oscuridad me aterra.
Suelo decir y hacer casi todo lo que siento y lo que pienso (porque como cualquier adolescente reprimo algunas cosas); soy maricona, en algunas ocasiones muy histérica y un poco caprichosa (manías de la infancia que no se quitan); cuando estoy de buen humor soy la más buena, pero así también, cuando estoy de mal humor, la mas malhumorada.
Amo escribir y combinar las cosas; creo que no hay nada de mí que por lo menos alguien no sepa, suelo contar todo acerca de mí; me siento orgullosa de mí misma cuando hago algo bueno por los demás, como dar asientos a ancianos y esas cosas, y sé que está mal, que es algo que se debe hacer, pero es culpa de la sociedad, no mía.
Comparto todo lo que tengo, no me gusta ser egoísta y amo por demás a mi perra, la chifu.
Sacando todo lo que dije anteriormente, lo más importante de mí es que me enamoran los abrazos, creo que es algo en lo que no se puede mentir, de verdad se siente cuando lo hacer por hacer o porque lo sienten, y es muy lindo un abrazo con sentimiento, de verdad me enamoran.
Y dejo de escribir porque sino no queda nada interesante por descubrir acerca de mí.

lunes, 11 de mayo de 2009

Autorretrato de Paula Deak

Confío en el futuro. Confío en poder dejar atrás los miedos, las inseguridades infundadas y la indecisión que tanto me caracterizan y me oprimen hasta hacerse insoportables. Confío en poder permanecer afable, sin pensar en las cosas por hacer, en el libro por leer, en las cartas por escribir.
Pero confío, aún más firmemente, en lograr que el tiempo no me quite la sonrisa y el llanto fácil, el correr presurosa a atender el teléfono, el placer de llegar a picar en la escondida, el de saborear un chocolate, el de recostarme frente al río y mirar, con los ojos bañados de ensueño, el horizonte de un atardecer otoñal, y de sentir la brisa fresca en mis pies descalzos; el de reirse de improviso y de oler un libro antiguo.
Confío en poder transformar mi impaciencia de serenidad, mi inseguridad en certidumbre y mi indesición en determinación.Confío en el futuro, pero aún más en el presente, por que está a mi lado, aguardándome con una sonrisa afectuosa, invitándome a intentar convertirme desde ahora en eso que ansío ser.

jueves, 7 de mayo de 2009

Autorretrato de mi ser y de mi mente. Santiago Novara


Autorretrato de mi ser y de mi mente
Nací en el 93’, con el cielo mediando a marzo en su veintena. De pequeño, la precocidad abrumó mi mente, separándome egoístamente de los otros. Me regocija ahora en mi adolescencia, en lo que abarca a sus meditaciones, a sus expresiones. Y también en amistades.
Si sumo 1 más 2 me da 6, ya que mi 2 es doble, y mi 1 también. Y a pesar de eso, sé que hay idiotez en este mundo. Pero paralelamente está colmado de belleza.
Sólo busco un equilibrio que ya conozco, y que deseo reencontrar. Sin desesperación, a él me voy acercando. Quiero encontrarme de vuelta con mi ser.
Mi ser, que tan precioso es de por sí, sólo busca la simpleza. Y aunque sabe prejuzgar indiscriminadamente, también sabe cómo aceptar lo ajeno, y lo desagradable. Está lleno de conciencia, y acompañado por una mente totalmente capaz. Su conocimiento está rondando por su esencia, y aunque a veces se oculta, dejándome perplejo frente a situaciones, frente a sinsabores, sé que jamás me abandonará completamente. Él también necesita descansar de vez en cuando.
A la vez, su mente, la que vive con él en un mismo cuerpo, me juega trampas y me hace engaños. Pero es una gran amiga cuando quiere, y sabe cómo demostrar si inteligencia.
Juntos buscan la manera de ser naturales – de actuar y no reaccionar frente a las situaciones – de tomar responsabilidades (y así aumentar mis habilidades) – de estar a prueba de botones del control de mis emociones, que otros pueden querer manejar – de hacer todo con el 100%.
Estos son mí ser y mí mente: dos que me conforman como soy, y me hacen apreciar la vida.

viernes, 1 de mayo de 2009

Autorretrato de Lucía Bonetto


Tengo 16 años y, si la memoria no me engaña, escribo desde muy joven. Claro que hubo un tiempo en que, como a muchos niños, no me atraía la idea de “producir” algún escrito; pero aunque no puedo encerrar entre años este tiempo, si se que fue la soledad el principal factor que me retornó al papel.
Muchas cosas me llevaron a verme sin compañía verdadera, tantas que no podría contarlas o que prefiero no hacerlo, pues el ámbito social de mi joven vida no se desarrolló de la manera en que me hubiese gustado. Teniendo en cuenta lo que viví durante 7 años de primaria, es comprensible que mi actitud se volcara al aislamiento.
Tengo 16 años, de los cuales al menos 5 encontraron la forma de expresarse a través de la birome y el papel, pues los pensamientos que se entrelazaban en mi cabeza no encontraron salida por la boca. Tampoco es como si nunca hubiese leído algo que me diera la emoción de escribir, pero ninguno de esos casos estuvo impreso en un libro.
La poesía es algo que siempre me gustó, es de hecho, lo único por lo que he leído un libro. Mis primeros intentos de escritura fueron poemas al aire y es algo que siempre me fue más fácil de crear, al no seguir al pie de la letra los esquemas preestablecidos, que cualquier tipo de cuento.
Tengo 16 años y todas mis historias nacieron de una alucinación o de una mentira, como es el caso de la que más he producido. Y este hecho se relaciona con el que explique más arriba, el aislarme de las personas.
Tuve en un momento la necesidad de “describirme” ante otros individuos (que nunca me vieron y quizás nunca lo harán) y al no sentirme segura de lo que pudieran pensar, y tal vez incluso un poco baja de autoestima, mi imaginación creó todo un mundo alterno que, se suponía, era mi vida. Claro que las grandes diferencias y el ego que creció a los 13 años, separaron ambos conceptos.
Tengo 16 años y más de la mitad de mi tiempo me la paso pensando en que decir o que hacer, como actuar y como expresarme, en fin, pensando en que es lo que voy a “no hacer”, pues casi nada de lo que cruza mi mente es llevado a cabo. Y, gracias a las reflexiones que esto mismo conlleva, me di cuenta que todo lo que ahorca mi garganta se ve reflejado en cada fantasía que expreso al momento de sentarme a escribir (casi siempre en la computadora, pues la aberración que es mi letra no me deja otra alternativa).
Tengo 16 años y aún así no relaté nada de lo que es “mi vida”, pero lector ¿Qué hay qué contar, si la mayoría de mis recuerdos fueron suprimidos por mi mente (por un motivo el cual desconozco) y no hay nada más interesante que lo dicho?