- Siento que
la vida se me va cuando no estoy… - cantaba Héctor hasta que Laura lo
interrumpió.
- ¡Cerrá el
orto Héctor y soltame que la pared está fría! –
- Vos sos
fría, ¡Me angustia que no sientas nada! –
- Basta –
- Si te
pierdo, en el sendero de la soledad me muero – volvió a cantar Héctor.
- Callate
enfermo, sos igual que una radio o la caracola parlante de Bob Esponja. Siempre
me junto con boludos en el papel de pendejos –
- A si, ¿A
si? –
- ¡Sí! –
grito Laura.
- Dejame solo
y anda a puticerdear en la pista, dale anda. Puticerda, putita –
Con esas
últimas palabras, Laura se marcha. Se desvanece en la luminosidad de la mañana
y hector cegado por el sol se arrepiente, pero ya termino. Laura no está, Laura
se fue, Laura lo ha dejado solo.
Tomás Lavaselli
2 comentarios:
Me dio gracia la primera vez que lo leyó en clase, me gusta su manera de darle un toque gracioso a todo lo que escribe.
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