-Si, a veces Lisa era una gorda insufrible, pero ahora
sé que eso no era escusa para romperle la geta- dijo uno estallando en llantos.
Luego aplausos
-Buen trabajo Flavio, este es un ejemplo claro de cómo
beneficiarse de su tiempo en estas sesiones, y sobrepasar ciertos obstáculos
¿Por qué no continuas vos Tomás?
-¡Puedo hablar yo!- interrumpió otra sentada con su
pareja –porque tengo mucho que decir sobre los obstáculos con este hijo de
puta.
-No tenemos obstáculos.
-Claramente si, y de los grandes.
-Bueno cálmense, le toca a Tomás- me miro esperanzado
-Gracias pero estoy bien
-Por favor, es tu tercera sesión acá, y todavía no
dijiste nada- insistió
-Está bien- dije nervioso -soy un soñador- El cuarto
se hundió en silencio.
-Vivo acá y allá, acá soy egocéntrico y cabrón, poco
tolerante y envidioso, pero allá no necesito ser nada de esto. Acá soy alto y
flaco, ojos azules, rubio, uñas largas y sucias, granos. Próximamente peludo
abajo y pelado arriba por que con esto de la genética estoy cagado.
-Cierro mis ojos y sigo acá, cierro mi mente y estoy
solo, cierro mi corazón, me despreocupo y viajo volando hacia allá. Donde soy
inteligente y ambicioso, no envejezco y cambio de apariencia a mi gusto. Donde
nuestro reflejo es impreciso, desenfocado y en confusión. Donde no todo es
utópico porque los marcos se queman repentinamente y en el extremo del pincel
de la ilusión espera la realidad su turno.
-Trabajo para conectar acá y allá, para que mí allá
sea mí acá. Porque todos estos momentos simplemente podrían encontrar un lugar
en mis sueños esta noche, pero sé que se irán cuando la luz de la mañana cante.
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