martes, 30 de junio de 2009

La paz

Mi virtud y mi libertad. Lo anhelo y lucho. Lo quiero y lo consigo.
Soy poderoso y no me avergüenzo si humillo al más débil. Me hace sentir bien cortarte las alas o sacarte la respiración, ahogarte en un vaso de agua y venderte por monedas. Te desvalorizo y lo disfruto, es porque soy perfecto.
Puedo sentir. Tengo poder. Pero abruma tocar el sol, me quema y lastima.
Ahora me veo recostado tratando de justificar mis grandes lesiones. Me arrodillo en el vidrio y pienso que necesito mirar el cielo y verte de nuevo volar.
Ya no estas.
Llego la hora de la culpa, que es mía. Pero ¿Quién me acusa? No hay nada.
Me quiero encerrar y es absurdo, aunque hay salida.
Recojo las hojas que deje caer ya hace rato. Busco pensamientos y los transcribo.
Lo conseguí, me atrape en las prosas de la vida. Ya no hay salidas.

Magali Eljall

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