domingo, 28 de noviembre de 2010

Desinformación

Llegue corriendo muy ansioso a la cabina. Necesitaba más información del lugar y no sabia si ella podía dármela. Me encontré con una secretaria haciendo ruidos con la lengua y el paladar. Me dijo que le brinde una segunda versión de la pregunta mientras se tocaba su prenda intima. De pronto, se hizo un silencio y yo estaba sin comprender. “Cuente” me dijo. “Le repito, yo ya estoy comido y bebido. Solo necesito una cama” me recomendó una hostería.
La característica más notable de esta era que olía a frituras. En las paredes, había cuernos y cabezas de animales. Sin dudas había un cazador oculto entre los presentes. “dios me guarde” dije en voz alta sin poder contenerme.
Me aterró la idea de que había un asesino cerca. En un rincón, las vi. Viejas, bien vestidas, y parlanchinas. Unas típicas arpías. Estaba rodeado de muchos personajes casi tenebrosos. Me escabullí de sus miradas hasta encontrar la salida, pero la puerta estaba bajo llave y ya empecé a convertirme en uno de esos personajes.

Aylen Gottardi.

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