lunes, 6 de julio de 2009

Anteojos de sol

Caminó con extrema elegancia, provocando el rítmico sonar de sus tacos sobre el suelo de madera, pisando completamente la autoestima de todas las mujeres del lugar.
Caminó con soltura, soberbia y envidiable, agitando su perfecta cabellera sin multarse.
Pasó delante de mi y me invadió con su perfume. Continué observándola mientras se alejaba, cuando de pronto se volteó y con una pícara sonrisa se levanto los anteojos de sol que llevaba, revelándome su secreto.
Al cerciorarse de que lo había descubierto, se colocó nuevamente los anteojos, escondiendo detrás de la lente y el armazón de carey lo que ahora yo sabía.
Se dio vuelta y siguió caminando, despreocupadamente, dejando su aroma flotando en la habitación y la perplejidad de un secreto revelado.
El primero es de la consigna de corregir un cuento que nos haya gustado y el segundo del objeto.

Paula Deak

No hay comentarios: