miércoles, 5 de septiembre de 2012

Metamorfosis

Por varios años estuvo presente ese inconveniente que por dentro te provoca un vacio, el cual no es difícil de llenar con esfuerzo propio, pero la desconfianza que te genera una persona a base de críticas, engendra la soledad que siempre estuvo oculta dentro de uno mismo, queriendo aprovechar los momentos a solas, en un lugar al aire libre, para meditar cual fue el paso diste mal en el recorrido. Con inseguridad de expresión, pensamientos inverosímiles y deseando con el dolor de un llanto, bajo la cálida luz del sol y el fresco viento que revuelve las hojas caídas sobre los pastos crecidos, sucedió lo que no interesaría saber cómo pasó, sino lo que está por venir; tener una perspectiva más grande de tu alrededor, con ojos pequeños e intimidadores en una cabeza desnuda de un color rojo pálido con una cresta carnosa teniendo como si fuera una decoración, un collar de plumas blancas en el cuello y el resto del pelaje negro, a excepción de las alas que tienen un tanto color blanco. Sentirse liviano con mucha fuerzas en las alas, y ansioso por llegar a ese lugar, en donde el viento te guía hacia un espacio libre y el sol te ilumina ampliamente. Y al momento de mover rápidamente las alas, observaba del modo que se alejaba del suelo con un elevamiento hacia el interminable cielo azul. Nicolás Pereira

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