Autoretrato de Boris Hernandez Bruno

Fue la oscuridad de esa mañana, la que me mostró su cara por primera vez, decidí observarlo, no me atemorizó, lo vi de cabello rubio y corto, totalmente despeinado, sus orejas estaban cubiertas por su cabello, sus ojos eran de un color marrón muy suave, su mirada me esquivaba, sus ojos parecían estar perdidos, su cara era larga y su piel era blanca, su nariz era larga y miraba hacia abajo, era flaco, bastante alto, sus brazos eran largos al igual que sus piernas, creía conocerlo, sus ojos seguían perdidos, no me miraba, sus ojos me esquivaban, su boca no pronunciaba palabra, sus labios expresaban preocupación, pero su cuerpo estaba muy calmo, decidí hablarle, ya que creía conocerlo, le pregunté quién era, se hizo una larga pausa, decidió darse a conocer y dijo que su nombre era Boris.